Especificaciones y análisis del Saab 9-5
Potencia
185CV
Par
280Nm
Consumo
10.7l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9.9s
Vel. Máx.
220km/h
Peso
-kg
Precio
38,096€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 4v
FWD
5 / 5 puertas
416 L
75 L
136 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Saab 9-5 SE 2.3t SW Aut. · 185 CV (2000-2001)
Descripción general
El Saab 9-5 familiar de 2000, con su motor 2.3 Gasolina de 185 CV y transmisión automática de 4 velocidades, es un vehículo que evoca una época donde la distinción y la funcionalidad se unían en una propuesta única. Este modelo, con su carrocería familiar, ofrecía un espacio generoso y un confort que pocos rivales podían igualar, manteniendo siempre esa esencia sueca de seguridad y diseño inteligente. Era un coche para quienes valoraban la individualidad y la ingeniería bien pensada, lejos de las modas pasajeras.
Experiencia de conducción
Al volante del Saab 9-5, la sensación es de solidez y aplomo. El motor turbo de 185 CV entrega su potencia de manera suave pero contundente, especialmente a bajas revoluciones, gracias a su generoso par de 280 Nm disponible desde las 1800 rpm. La aceleración de 0 a 100 km/h en 9.9 segundos no es fulgurante para los estándares actuales, pero en su momento ofrecía un rendimiento más que adecuado para adelantamientos y viajes largos. La transmisión automática de 4 velocidades, aunque no es la más rápida, contribuye a una conducción relajada y confortable. La suspensión, tipo McPherson en el eje delantero, filtra bien las irregularidades del terreno, proporcionando un viaje sereno. La dirección, aunque no se especifica su tipo, se percibe precisa y comunicativa, invitando a disfrutar de cada trayecto. El consumo combinado de 10.7 l/100km es un recordatorio de que la eficiencia no era la prioridad principal en la época, pero el placer de conducir este Saab compensa con creces.
Diseño y estética
El diseño del Saab 9-5 familiar es atemporal y funcional, con líneas limpias y una silueta que denota elegancia y practicidad. La carrocería familiar, con sus 4808 mm de longitud, 1792 mm de anchura y 1497 mm de altura, ofrecía un espacio interior y de carga excepcional. El frontal, con la característica parrilla de Saab y los faros integrados, le confería una personalidad inconfundible. La zaga, bien resuelta, maximizaba la capacidad del maletero de 416 litros, haciendo de este coche un compañero ideal para familias y viajes. Cada detalle, desde las llantas de 6.5 pulgadas hasta la disposición de los elementos, estaba pensado para la ergonomía y la funcionalidad, sin renunciar a un toque de sofisticación escandinava.
Tecnología y características
En el año 2000, el Saab 9-5 incorporaba tecnología avanzada para su segmento. El motor 2.3t, con inyección indirecta, turbo e intercooler, era un ejemplo de la ingeniería de Saab para extraer potencia y eficiencia de motores de menor cilindrada. La transmisión automática de 4 velocidades, aunque hoy pueda parecer limitada, ofrecía una comodidad de uso superior a las cajas manuales de la época. En cuanto a seguridad, Saab siempre fue pionera, y este modelo no era una excepción, con una estructura robusta y sistemas de frenado de disco ventilado en el eje delantero y disco en el trasero. Aunque no se detallan los sistemas de asistencia a la conducción, es de esperar que contara con los elementos de seguridad activa y pasiva más avanzados de su tiempo, como ABS y múltiples airbags. La dirección asistida, aunque no se especifica su tipo, era un estándar para la comodidad de conducción.
Competencia
En su época, el Saab 9-5 familiar competía en un segmento premium con rivales de la talla del Volvo V70, el Audi A6 Avant, el BMW Serie 5 Touring y el Mercedes-Benz Clase E Estate. Frente a ellos, el Saab ofrecía una alternativa distintiva, con un enfoque en la seguridad, la ergonomía y un diseño menos ostentoso pero igualmente sofisticado. Su motor turbo de 185 CV lo situaba en una posición competitiva en términos de rendimiento, mientras que su habitabilidad y confort eran puntos fuertes que lo diferenciaban de sus competidores alemanes, a menudo percibidos como más deportivos pero menos prácticos. El Saab apelaba a un cliente que buscaba algo diferente, con un toque de exclusividad y una ingeniería probada.
Conclusión
El Saab 9-5 familiar de 2000 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, sigue manteniendo un encanto especial. Representa la filosofía de una marca que siempre apostó por la innovación, la seguridad y un diseño funcional pero elegante. Es un vehículo que ofrece un confort de marcha excepcional, un motor potente y el espacio necesario para cualquier aventura familiar. Aunque su consumo pueda ser elevado para los estándares actuales y su tecnología no sea la más moderna, su carácter y su historia lo convierten en una pieza de colección para los amantes de la automoción. Es un coche para disfrutar de la carretera, con la tranquilidad de saber que se conduce una máquina bien construida y con personalidad.




