Especificaciones y análisis del Saab 9-5
Potencia
170CV
Par
280Nm
Consumo
9.6l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
8.7s
Vel. Máx.
225km/h
Peso
1510kg
Precio
35,189€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
500 L
75 L
125 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Saab 9-5 SE 2.3t · 170 CV (2000)
Descripción general
El Saab 9-5 SE 2.3t de 2000 es un sedán que encarna la esencia de la marca sueca: seguridad, innovación y un toque de excentricidad. Con su motor de gasolina de 170 CV y una transmisión manual de 5 velocidades, este vehículo prometía una experiencia de conducción distintiva y un confort superior para sus ocupantes. Su diseño atemporal y su enfoque en la funcionalidad lo convertían en una opción atractiva para aquellos que buscaban algo diferente en el segmento de las berlinas de lujo.
Experiencia de conducción
Al volante del Saab 9-5 SE 2.3t, la sensación es de solidez y control. El motor turbo de 2.3 litros entrega su potencia de manera suave pero contundente, permitiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 8.7 segundos y una velocidad máxima de 225 km/h. La suspensión, tipo McPherson en la parte delantera, ofrece un equilibrio notable entre confort y estabilidad, absorbiendo las irregularidades del camino sin sacrificar la conexión con la carretera. La dirección, aunque no es la más comunicativa, es precisa y el coche se siente aplomado en curvas. El interior es un santuario de tranquilidad, con un aislamiento acústico excelente que filtra el ruido exterior, haciendo de cada viaje una experiencia relajante. La ergonomía es un punto fuerte, con todos los controles al alcance y asientos que invitan a largos trayectos.
Diseño y estética
El diseño del Saab 9-5 SE 2.3t es inconfundiblemente Saab. Sus líneas fluidas y elegantes, con una silueta que combina la funcionalidad de un sedán con un toque deportivo, lo distinguen de sus competidores. La parrilla frontal, los faros característicos y la zaga bien proporcionada le otorgan una presencia sobria pero sofisticada. En el interior, la cabina está diseñada pensando en el conductor, con un salpicadero envolvente y materiales de calidad que transmiten una sensación de durabilidad y buen gusto. La atención al detalle es evidente en cada rincón, desde los mandos hasta la iluminación nocturna, creando un ambiente acogedor y funcional.
Tecnología y características
En el año 2000, el Saab 9-5 SE 2.3t incorporaba tecnología avanzada para su época. El motor de 2.3 litros con turbo e intercooler, junto con la inyección indirecta, optimizaba el rendimiento y la eficiencia. La seguridad era una prioridad para Saab, y este modelo no era una excepción, con características como el sistema de frenos de disco ventilados delanteros y discos traseros, y una estructura de carrocería diseñada para proteger a los ocupantes. Aunque no contaba con las pantallas táctiles y la conectividad de los coches modernos, su tecnología se centraba en la fiabilidad y la funcionalidad, con sistemas de climatización eficientes y un sistema de sonido de calidad.
Competencia
En su segmento, el Saab 9-5 SE 2.3t competía con berlinas de prestigio como el BMW Serie 5, el Mercedes-Benz Clase E y el Audi A6. Frente a estos rivales alemanes, el Saab ofrecía una alternativa con un carácter más distintivo y un enfoque en la seguridad y la ergonomía que lo diferenciaba. Si bien podía no tener la misma imagen deportiva que un BMW o el lujo ostentoso de un Mercedes, el Saab apelaba a un público que valoraba la originalidad, la ingeniería robusta y una experiencia de conducción más relajada y segura.
Conclusión
El Saab 9-5 SE 2.3t de 2000 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo un testimonio de la filosofía de Saab. Es un vehículo que ofrece una combinación única de confort, seguridad y un rendimiento satisfactorio, todo ello envuelto en un diseño que aún hoy conserva su atractivo. Para aquellos que buscan una berlina con carácter y una historia de innovación, este Saab es una elección que evoca nostalgia y aprecio por la ingeniería sueca. Es un coche que invita a disfrutar del viaje, más allá del destino.




