Especificaciones y análisis del Rover 45
Potencia
117CV
Par
160Nm
Consumo
7.3l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9.9s
Vel. Máx.
195km/h
Peso
1125kg
Precio
17,540€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
470 L
55 L
86 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Rover 45 4p 1.8 Classic (117 CV) · 117 CV (2003-2004)
Descripción general
El Rover 45 de 2000, en su versión 1.8 Classic de 117 CV, es un sedán que evoca una época donde la elegancia británica se fusionaba con la funcionalidad. Este modelo de cuatro puertas, con su motor de gasolina de 1.8 litros y 117 caballos, ofrecía una propuesta interesante para quienes buscaban un coche con cierto aire distintivo sin renunciar a la practicidad diaria. Su lanzamiento en el año 2000 lo posicionó como una opción a considerar en el segmento de las berlinas compactas, destacando por su confort y un diseño que, aunque discreto, mantenía la esencia de la marca.
Experiencia de conducción
Al volante del Rover 45 1.8 Classic, la sensación predominante es de suavidad y confort. El motor de 117 CV, con su bloque y culata de aluminio, entrega la potencia de manera lineal, sin grandes estridencias, pero con suficiente empuje para moverse con soltura en el tráfico urbano y afrontar viajes por carretera. La caja de cambios manual de cinco velocidades se maneja con precisión, contribuyendo a una experiencia de conducción relajada. La suspensión, con paralelogramo deformable tanto delante como detrás, filtra bien las irregularidades del asfalto, ofreciendo un viaje placentero para todos los ocupantes. No es un coche de grandes emociones deportivas, sino más bien un compañero fiel para el día a día, donde la comodidad y la tranquilidad son prioritarias. Su dirección, aunque no es la más comunicativa, cumple su función con corrección, y los frenos de disco en ambos ejes (ventilados delante) ofrecen una detención segura.
Diseño y estética
El diseño del Rover 45 4 puertas es un reflejo de la sobriedad y la elegancia que caracterizaban a la marca. Sus líneas son clásicas y atemporales, sin caer en excesos. La carrocería de cuatro puertas, con una longitud de 4517 mm, una anchura de 1700 mm y una altura de 1394 mm, le confiere una presencia equilibrada y proporcionada. Los detalles cromados, aunque sutiles, añaden un toque de distinción. El interior, aunque no es lujoso, está bien rematado y ofrece un ambiente acogedor. Los asientos son cómodos y el espacio es adecuado para cinco ocupantes, con un maletero de 470 litros que resulta bastante práctico. El diseño general busca la funcionalidad y la comodidad, sin renunciar a una estética que, para muchos, sigue siendo atractiva.
Tecnología y características
En el año 2000, el Rover 45 1.8 Classic incorporaba una tecnología que, si bien no era vanguardista, cumplía con las expectativas de la época. Su motor de gasolina de 1795 cc, con inyección indirecta y cuatro válvulas por cilindro, ofrecía un buen equilibrio entre rendimiento y eficiencia para su segmento. La construcción del motor en aluminio contribuía a un peso contenido del vehículo (1125 kg), lo que repercutía positivamente en el consumo combinado de 7.3 l/100km. La transmisión manual de cinco velocidades era estándar, y el sistema de frenos con discos ventilados delanteros y discos traseros aseguraba una buena capacidad de detención. La dirección de cremallera, aunque sin asistencia variable, proporcionaba una respuesta adecuada. En cuanto a equipamiento, el Classic ofrecía lo necesario para un viaje confortable, sin grandes alardes tecnológicos, pero con la fiabilidad que se esperaba de un coche de su categoría.
Competencia
En su momento, el Rover 45 1.8 Classic se enfrentaba a una dura competencia en el segmento de las berlinas compactas. Sus principales rivales incluían modelos como el Volkswagen Bora, el Ford Focus Sedán, el Opel Astra Sedán y el Renault Mégane Classic. Frente a ellos, el Rover 45 intentaba diferenciarse por su toque de distinción británica y un mayor énfasis en el confort de marcha. Mientras que algunos rivales podían ofrecer una dinámica de conducción más deportiva o un diseño más moderno, el Rover apostaba por la elegancia discreta y una experiencia de conducción más relajada, buscando un público que valorara la tradición y la comodidad por encima de las prestaciones puras o la tecnología más avanzada.
Conclusión
El Rover 45 1.8 Classic de 2000 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, mantiene su encanto. Es un vehículo que no busca impresionar con cifras de infarto o un diseño rompedor, sino que se centra en ofrecer una experiencia de conducción cómoda y un ambiente interior agradable. Su motor de 117 CV es suficiente para el día a día, y su consumo es razonable para la época. Es una opción interesante para quienes buscan un coche con personalidad, que se aleje de lo convencional y que ofrezca un buen nivel de confort. Aunque la marca Rover ya no existe, este modelo es un recordatorio de una época en la que la elegancia británica tenía un lugar en el mercado de las berlinas compactas, ofreciendo una alternativa con carácter y un toque de distinción.