Rolls-Royce Phantom · 460 CV (2010-2012)

2003
Gasolina
RWD
Automático 6v
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Rolls-Royce Phantom - Vista 4

Especificaciones y análisis del Rolls-Royce Phantom

Potencia

460CV

Par

720Nm

Consumo

15.7l/100

Emisiones

377g/km

0-100 km/h

5.9s

Vel. Máx.

240km/h

Peso

2625kg

Precio

458,917

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

RWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

460 L

Depósito

100 L

Potencia

338 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima460 CV / 338 kW
Par máximo720 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito100 L
Maletero460 L

Análisis detallado del Rolls-Royce Phantom · 460 CV (2010-2012)

Descripción general

El Rolls-Royce Phantom de 2003 es una declaración de lujo y opulencia, un vehículo que trasciende la mera automoción para convertirse en una experiencia. Con su motor de gasolina de 6.7 litros y 460 CV, este sedán de lujo no solo promete un viaje, sino una travesía en primera clase, donde cada detalle está diseñado para el máximo confort y distinción. Su precio de 458.917 € en su momento ya indicaba que no era un coche para cualquiera, sino para aquellos que buscan la cúspide de la ingeniería y el refinamiento automotriz.

Experiencia de conducción

Conducir o, mejor dicho, ser transportado en un Rolls-Royce Phantom es una experiencia sublime. La suspensión de paralelogramo deformable en ambos ejes, junto con una dirección asistida hidráulicamente y sensible a la velocidad, filtra las imperfecciones del camino, creando una sensación de flotar sobre el asfalto. El motor V12, con sus 460 CV y 720 Nm de par, ofrece una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 5.9 segundos, una cifra impresionante para un vehículo de 2625 kg. Sin embargo, la potencia se entrega de forma tan suave y lineal que la sensación predominante es de una calma inquebrantable, un silencio solo interrumpido por el murmullo distante del motor cuando se le exige. Es un coche que invita a la relajación, a disfrutar del viaje sin prisas, envuelto en un ambiente de lujo inigualable.

Diseño y estética

El diseño del Rolls-Royce Phantom de 2003 es atemporal y majestuoso. Sus imponentes dimensiones, con 5834 mm de largo y 1990 mm de ancho, le otorgan una presencia inconfundible en la carretera. La parrilla frontal, con la icónica 'Spirit of Ecstasy' presidiéndola, es una obra de arte en sí misma. Las líneas clásicas se combinan con detalles modernos, creando una estética que es a la vez tradicional y contemporánea. El interior es un santuario de artesanía, con maderas nobles, cueros de la más alta calidad y metales pulidos, todo ensamblado con una precisión obsesiva. Cada elemento, desde los asientos hasta los mandos, está diseñado para evocar una sensación de lujo y exclusividad.

Tecnología y características

A pesar de su apariencia clásica, el Phantom de 2003 incorporaba tecnología avanzada para su época. Su motor V12 de 6.7 litros con inyección directa y una compresión de 11:1 era un prodigio de la ingeniería. La transmisión automática de 6 velocidades gestionaba la potencia con una suavidad impecable. Aunque no contaba con las pantallas táctiles y la conectividad de los coches modernos, su tecnología se centraba en la comodidad y la seguridad, con sistemas de frenado de disco ventilado de gran tamaño y una dirección precisa. La suspensión, aunque de diseño clásico, estaba finamente ajustada para ofrecer el máximo confort, y los neumáticos de gran tamaño (255/50 R21 delante y 285/45 R21 detrás) contribuían a la estabilidad y el agarre.

Competencia

En el exclusivo segmento de los sedanes de ultralujo, el Rolls-Royce Phantom de 2003 se enfrentaba a rivales de la talla del Bentley Arnage y, en menor medida, a versiones de alta gama del Mercedes-Benz Clase S o el BMW Serie 7. Sin embargo, el Phantom se distinguía por su enfoque intransigente en el lujo y la exclusividad, ofreciendo un nivel de personalización y artesanía que pocos podían igualar. Mientras que sus competidores podían ofrecer un rendimiento deportivo o una tecnología más vanguardista, el Phantom se mantenía fiel a su herencia de ofrecer la máxima expresión de confort y prestigio.

Conclusión

El Rolls-Royce Phantom de 2003 no es solo un coche, es una obra de arte sobre ruedas, una experiencia que define el lujo automotriz. Su combinación de diseño majestuoso, un confort inigualable y una ingeniería robusta lo convierten en un icono. Es un vehículo para aquellos que valoran la tradición, la artesanía y la exclusividad por encima de todo. Aunque su consumo de 15.7 l/100km y sus emisiones de 377 g/km de CO2 reflejan una era diferente, su legado como símbolo de estatus y refinamiento perdura. Poseer un Phantom es poseer una parte de la historia del automóvil, una máquina que sigue evocando admiración y respeto.