Rolls-Royce Ghost · 571 CV (2010-2012)

2010
Gasolina
RWD
Automático 8v
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Rolls-Royce Ghost - Vista 4

Especificaciones y análisis del Rolls-Royce Ghost

Potencia

571CV

Par

780Nm

Consumo

13.6l/100

Emisiones

317g/km

0-100 km/h

4.9s

Vel. Máx.

250km/h

Peso

2435kg

Precio

282,758

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 8v

Tracción

RWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

490 L

Depósito

82.5 L

Potencia

420 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima571 CV / 420 kW
Par máximo780 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 8v

Capacidades

Depósito82.5 L
Maletero490 L

Análisis detallado del Rolls-Royce Ghost · 571 CV (2010-2012)

Descripción general

El Rolls-Royce Ghost de 2010 es una declaración de lujo y opulencia, un vehículo que redefine la experiencia de viajar en automóvil. Con su imponente presencia y su motor de 12 cilindros, este Ghost no es solo un coche, es una obra de arte rodante, diseñado para aquellos que buscan la máxima expresión de sofisticación y confort.

Experiencia de conducción

Conducir o ser llevado en el Ghost es una experiencia sublime. El motor de 6.6 litros y 571 CV ofrece una aceleración suave pero contundente, llevando este coloso de 2435 kg de 0 a 100 km/h en apenas 4.9 segundos. La suspensión, un paralelogramo deformable tanto delante como detrás, filtra las imperfecciones de la carretera con una maestría asombrosa, creando una burbuja de tranquilidad. La dirección, sensible a la velocidad, proporciona una precisión inesperada para un coche de su tamaño, mientras que los frenos de disco ventilados de 410 mm delante y 402 mm detrás garantizan una detención segura y controlada. Cada viaje se convierte en un oasis de calma y poder.

Diseño y estética

El diseño del Rolls-Royce Ghost es atemporal y majestuoso. Sus líneas clásicas y proporciones equilibradas irradian una elegancia inconfundible. Con una longitud de casi 5.4 metros y una anchura de casi 2 metros, su presencia es imponente. Las puertas de apertura inversa, un sello distintivo de la marca, no solo facilitan el acceso, sino que también añaden un toque de teatralidad. El interior, con capacidad para cinco ocupantes, es un santuario de artesanía, donde cada material y cada detalle han sido seleccionados y trabajados con la máxima dedicación. Es un diseño que no busca la ostentación, sino la perfección en cada curva y cada superficie.

Tecnología y características

A pesar de su apariencia clásica, el Ghost de 2010 incorpora tecnología de vanguardia para su época. Su motor V12 de 6.6 litros con inyección directa, turbo e intercooler es una maravilla de la ingeniería, ofreciendo una potencia excepcional con una suavidad inigualable. La transmisión automática de 8 velocidades gestiona la potencia de manera impecable, contribuyendo a un consumo combinado de 13.6 l/100km, notable para un vehículo de estas características. La dirección asistida sensible a la velocidad y los avanzados sistemas de frenado garantizan una experiencia de conducción segura y placentera. Cada elemento tecnológico está integrado de forma discreta, priorizando la comodidad y la experiencia del ocupante.

Competencia

En el exclusivo segmento de los sedanes de ultralujo, el Rolls-Royce Ghost de 2010 se enfrenta a competidores de la talla del Bentley Mulsanne o el Mercedes-Benz Clase S Maybach. Si bien cada uno tiene sus propias virtudes, el Ghost se distingue por su enfoque en la tradición, la artesanía y una experiencia de conducción que prioriza la suavidad y el confort absoluto por encima de la deportividad pura. Es un coche para aquellos que valoran la discreción y la elegancia suprema.

Conclusión

El Rolls-Royce Ghost de 2010 es más que un automóvil; es una declaración de principios, un símbolo de estatus y un testamento a la ingeniería y la artesanía de lujo. Ofrece una experiencia de conducción y de viaje inigualable, combinando un rendimiento potente con un confort excepcional y un diseño atemporal. Es una inversión en una forma de vida, un vehículo que promete no solo transportarte, sino elevar cada trayecto a una experiencia memorable.