Rolls-Royce Corniche · 329 CV (2002-2004)

2000
Gasolina
RWD
Automático 4v
Rolls-Royce Corniche - Vista 1
Rolls-Royce Corniche - Vista 2
Rolls-Royce Corniche - Vista 3
Rolls-Royce Corniche - Vista 4

Especificaciones y análisis del Rolls-Royce Corniche

Potencia

329CV

Par

738Nm

Consumo

19l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

8.5s

Vel. Máx.

225km/h

Peso

2810kg

Precio

404,606

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 4v

Tracción

RWD

Plazas

4 / 2 puertas

Maletero

187 L

Depósito

100 L

Potencia

242 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima329 CV / 242 kW
Par máximo738 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 4v

Capacidades

Depósito100 L
Maletero187 L

Análisis detallado del Rolls-Royce Corniche · 329 CV (2002-2004)

Descripción general

El Rolls-Royce Corniche del año 2000 es una obra maestra de la ingeniería y el lujo, un descapotable que encarna la opulencia y la exclusividad. Con un precio que superaba los 400.000 euros, este vehículo no era solo un medio de transporte, sino una declaración de estatus y buen gusto. Su motor de gasolina de 6.8 litros y 329 CV, junto con su transmisión automática de 4 velocidades, prometía una experiencia de conducción suave y potente, digna de la realeza. Este coche, con su imponente presencia y su meticuloso diseño, se posicionaba como un referente en el segmento de los descapotables de ultra lujo, ofreciendo una combinación inigualable de confort, rendimiento y prestigio.

Experiencia de conducción

Conducir el Rolls-Royce Corniche es una experiencia que trasciende lo meramente automotriz. La suavidad de su motor V8, la insonorización del habitáculo y la suspensión que filtra cualquier imperfección del asfalto, crean una burbuja de serenidad y confort. La aceleración, aunque no explosiva, es contundente y progresiva, llevando al Corniche de 0 a 100 km/h en 8.5 segundos, una cifra respetable para un vehículo de su tamaño y peso. La dirección, precisa y asistida, permite maniobrar con facilidad a pesar de sus dimensiones. Cada viaje se convierte en un placer, una oportunidad para disfrutar del paisaje y de la atención que este coche, con su elegancia atemporal, inevitablemente atrae. Es un coche para ser disfrutado con calma, saboreando cada kilómetro y cada momento.

Diseño y estética

El diseño del Rolls-Royce Corniche es una oda a la elegancia clásica y la sofisticación. Sus líneas fluidas y su imponente parrilla frontal, coronada por el icónico 'Espíritu del Éxtasis', lo distinguen al instante. La capota de lona, cuando está desplegada, se integra perfectamente en la silueta del coche, mientras que al plegarse, revela un interior suntuoso y artesanal. Cada detalle, desde los faros redondos hasta las llantas de 17 pulgadas, ha sido cuidadosamente diseñado para transmitir una sensación de lujo atemporal. El interior es un santuario de cuero, madera y cromo, donde cada elemento ha sido trabajado a mano con la máxima precisión. Los asientos, amplios y cómodos, invitan a largos viajes, mientras que el salpicadero, con sus relojes analógicos y sus interruptores de metal, evoca una época dorada del automovilismo. Es un diseño que no busca la agresividad, sino la distinción y la belleza perdurable.

Tecnología y características

A pesar de su apariencia clásica, el Rolls-Royce Corniche incorporaba tecnología avanzada para su época, siempre al servicio del confort y la seguridad. Su motor V8 de 6.75 litros, con inyección indirecta, turbo e intercooler, ofrecía una potencia de 329 CV y un impresionante par motor de 738 Nm a tan solo 2100 rpm, garantizando una respuesta suave y contundente. La transmisión automática de 4 velocidades gestionaba la potencia de manera eficiente, mientras que la tracción trasera aseguraba una experiencia de conducción clásica. En cuanto a la suspensión, contaba con un sistema de paralelogramo deformable tanto en el eje delantero como en el trasero, complementado con barras estabilizadoras, lo que contribuía a su excepcional confort de marcha. Los frenos de disco ventilados en la parte delantera y discos sólidos en la trasera, junto con un sistema de dirección de cremallera, garantizaban un control seguro y preciso. Aunque no contaba con las pantallas táctiles y los sistemas de asistencia a la conducción de los coches modernos, su tecnología estaba enfocada en la excelencia mecánica y el lujo funcional.

Competencia

En el exclusivo segmento de los descapotables de ultra lujo, el Rolls-Royce Corniche se enfrentaba a un selecto grupo de competidores. Entre ellos, destacaban modelos como el Bentley Azure, que compartía plataforma y motorización con el Corniche, pero ofrecía una estética ligeramente más deportiva. Otros rivales podrían incluir el Mercedes-Benz CLK GTR Roadster, aunque con un enfoque mucho más radical y deportivo, o incluso el Aston Martin DB7 Volante, que combinaba elegancia británica con un toque de deportividad. Sin embargo, el Corniche se distinguía por su inigualable nivel de lujo, su confort supremo y su aura de exclusividad, posicionándose como la elección predilecta para aquellos que buscaban la máxima expresión de la opulencia en un descapotable.

Conclusión

El Rolls-Royce Corniche del año 2000 es mucho más que un coche; es una pieza de arte rodante, un testamento a la artesanía y la ingeniería de lujo. Su precio, su diseño atemporal y su rendimiento suave y potente lo convierten en un objeto de deseo para coleccionistas y entusiastas. Es un vehículo que evoca una época de glamour y sofisticación, ofreciendo una experiencia de conducción inigualable en términos de confort y prestigio. A pesar de su elevado consumo y su tamaño imponente, el Corniche sigue siendo un icono, un símbolo de estatus y buen gusto que perdura en el tiempo. Es la elección perfecta para aquellos que buscan la máxima expresión del lujo automotriz, un coche que no solo te lleva de un lugar a otro, sino que te transporta a un mundo de exclusividad y refinamiento.