Especificaciones y análisis del Renault Mégane
Potencia
102CV
Par
200Nm
Consumo
5.2l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
11.5s
Vel. Máx.
188km/h
Peso
1180kg
Precio
17,600€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
5 / 5 puertas
348 L
60 L
75 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Renault Megane Berlina 1.9 dCi Privilege · 102 CV (2001)
Descripción general
El Renault Mégane de 1999, en su versión 1.9 dCi Privilege, se presentaba como una opción atractiva en el segmento de los compactos. Con su motor diésel de 102 CV, prometía un equilibrio entre rendimiento y eficiencia, ideal para el día a día y viajes largos. Su precio de 17.600 € lo posicionaba competitivamente en el mercado de la época, ofreciendo un paquete completo para el conductor que buscaba fiabilidad y confort.
Experiencia de conducción
Al volante del Mégane 1.9 dCi, la sensación es de solidez y confort. El motor diésel, con sus 102 CV y un par motor de 200 Nm a solo 1500 rpm, ofrece una respuesta enérgica desde bajas revoluciones, facilitando los adelantamientos y la conducción en ciudad. La aceleración de 0 a 100 km/h en 11.5 segundos y una velocidad máxima de 188 km/h, aunque no son cifras de infarto, son más que suficientes para la mayoría de las situaciones. La suspensión, de tipo McPherson delante y rueda tirada con elemento torsional detrás, filtra bien las irregularidades del terreno, proporcionando un viaje suave y agradable. La dirección, de cremallera, ofrece una buena precisión, aunque sin la inmediatez de modelos más deportivos. En general, es un coche que invita a la conducción relajada, pero que responde con solvencia cuando se le exige.
Diseño y estética
El diseño del Renault Mégane de 1999 es un reflejo de la estética de finales de los 90, con líneas suaves y redondeadas que buscaban la armonía y la funcionalidad. La carrocería de 5 puertas, con sus 4129 mm de longitud, 1699 mm de anchura y 1420 mm de altura, ofrecía un aspecto compacto pero espacioso. Los faros delanteros, de formas orgánicas, se integraban fluidamente en el frontal, mientras que la zaga mantenía una línea sobria y funcional. El interior, aunque no destacaba por lujos, estaba bien resuelto, con materiales de calidad aceptable y una ergonomía pensada para el confort del conductor y los pasajeros. El maletero, con 348 litros, era suficiente para las necesidades de una familia pequeña.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Mégane 1.9 dCi Privilege incorporaba las soluciones más avanzadas de su tiempo. El motor diésel de inyección directa por conducto común y turbo era un referente en eficiencia y rendimiento. La transmisión manual de 5 velocidades, aunque sencilla, era robusta y precisa. En cuanto a seguridad, contaba con frenos de disco ventilados de 280 mm en el eje delantero y tambores de 203 mm en el trasero, una configuración estándar para la época. La dirección asistida y la suspensión bien calibrada contribuían a una conducción segura y predecible. Aunque no disponía de las ayudas a la conducción modernas, su tecnología se centraba en la fiabilidad mecánica y la seguridad pasiva.
Competencia
En el competitivo segmento de los compactos, el Renault Mégane 1.9 dCi Privilege se enfrentaba a duros rivales como el Volkswagen Golf, el Opel Astra o el Ford Focus. Cada uno de ellos ofrecía sus propias virtudes, pero el Mégane destacaba por su confort de marcha, su motor diésel eficiente y su diseño distintivo. Frente al Golf, quizás ofrecía un tacto de conducción menos deportivo, pero a cambio proporcionaba un mayor confort. Contra el Astra, el Mégane se posicionaba con un diseño más atrevido y un interior más acogedor. En definitiva, era una opción sólida para aquellos que buscaban un coche equilibrado y con un buen nivel de equipamiento para su precio.
Conclusión
El Renault Mégane 1.9 dCi Privilege de 1999 fue un coche que supo ganarse un lugar en el corazón de muchos conductores. Su combinación de un motor diésel potente y eficiente, un diseño agradable y un confort de marcha notable lo convertían en una opción muy interesante. Aunque el paso del tiempo ha traído nuevas tecnologías y diseños, este Mégane sigue siendo un ejemplo de la ingeniería automotriz de finales del siglo XX, un coche que ofrecía una experiencia de conducción satisfactoria y una gran versatilidad para el día a día. Su legado perdura como un compacto fiable y bien resuelto.




