Renault Laguna 2.2 dT RXE · 113 CV (2000)

1998
Gasóleo
FWD
Manual 5v
Renault Laguna - Vista 1
Renault Laguna - Vista 2
Renault Laguna - Vista 3
Renault Laguna - Vista 4

Especificaciones y análisis del Renault Laguna

Potencia

113CV

Par

250Nm

Consumo

7.1l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

11.8s

Vel. Máx.

195km/h

Peso

1425kg

Precio

20,374

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

452 L

Depósito

66 L

Potencia

83 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima113 CV / 83 kW
Par máximo250 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito66 L
Maletero452 L

Análisis detallado del Renault Laguna 2.2 dT RXE · 113 CV (2000)

Descripción general

El Renault Laguna 2.2 dT RXE de 1998 es un vehículo que, a pesar de los años, sigue evocando una sensación de confort y practicidad. Con su motor diésel de 113 CV, prometía viajes largos con un consumo contenido y una fiabilidad que muchos buscaban en la época. Era un coche pensado para la familia, para el día a día y para esas escapadas de fin de semana, ofreciendo un equilibrio entre prestaciones y economía.

Experiencia de conducción

Al volante del Laguna 2.2 dT RXE, la sensación predominante es de suavidad y aplomo. El motor diésel, aunque no es un derroche de potencia, entrega sus 113 CV de forma progresiva, permitiendo una conducción relajada y sin sobresaltos. La suspensión, orientada al confort, filtra bien las irregularidades del asfalto, haciendo que los viajes sean placenteros. La dirección, sin ser la más comunicativa, cumple su función con corrección, y el cambio manual de 5 velocidades se maneja con facilidad. Es un coche que invita a disfrutar del camino sin prisas, con una buena insonorización que contribuye a un ambiente tranquilo en el habitáculo.

Diseño y estética

El diseño del Renault Laguna de 1998 es un reflejo de la estética automovilística de finales de los 90. Sus líneas son suaves y redondeadas, sin estridencias, buscando una elegancia discreta y atemporal. La carrocería de 5 puertas le confiere una versatilidad notable, facilitando el acceso al habitáculo y al maletero. Los faros delanteros, de tamaño generoso, se integran armoniosamente en el frontal, mientras que la zaga, con sus pilotos horizontales, contribuye a una imagen de anchura y estabilidad. Es un diseño que, aunque no busca la espectacularidad, sí persigue la funcionalidad y la armonía visual.

Tecnología y características

En su momento, el Laguna 2.2 dT RXE incorporaba tecnología que lo situaba en una posición competitiva. Su motor diésel de 2.2 litros con inyección indirecta, turbo e intercooler, era una muestra de la apuesta de Renault por la eficiencia y el rendimiento en los motores de gasóleo. La potencia de 113 CV y un par motor de 250 Nm a 2000 rpm aseguraban una respuesta adecuada para la mayoría de situaciones. En cuanto a la seguridad, contaba con frenos de disco ventilados delante y discos detrás, y una suspensión bien calibrada para ofrecer estabilidad. Aunque hoy en día muchas de estas características nos parezcan básicas, en 1998 representaban un buen nivel de equipamiento para un coche de su segmento.

Competencia

En el mercado de finales de los 90, el Renault Laguna 2.2 dT RXE se enfrentaba a una dura competencia. Sus principales rivales eran modelos como el Peugeot 406, el Ford Mondeo, el Opel Vectra o el Volkswagen Passat. Todos ellos ofrecían propuestas similares en cuanto a tamaño, motorizaciones y enfoque familiar. El Laguna se distinguía por su confort de marcha, su diseño elegante y una buena relación calidad-precio, buscando conquistar a aquellos compradores que valoraban la comodidad y la practicidad por encima de las prestaciones puras.

Conclusión

El Renault Laguna 2.2 dT RXE de 1998 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, mantiene su esencia de vehículo familiar confortable y práctico. Su motor diésel, aunque no es un portento de potencia, cumple con creces para el uso diario y los viajes, ofreciendo un consumo razonable. Su diseño, aunque discreto, sigue siendo agradable a la vista, y su interior, espacioso y bien equipado para la época, invita a disfrutar de cada trayecto. Es un coche que, en su momento, fue una opción muy sensata para quienes buscaban un compañero de viaje fiable y cómodo, y que hoy en día puede ser una opción interesante para los amantes de los clásicos modernos o para quienes buscan un vehículo económico y funcional.