Renault Laguna 2.0+ RXE · 139 CV (2000-2001)

1998
Gasolina
FWD
Manual 5v
Renault Laguna - Vista 1
Renault Laguna - Vista 2
Renault Laguna - Vista 3
Renault Laguna - Vista 4

Especificaciones y análisis del Renault Laguna

Potencia

139CV

Par

188Nm

Consumo

7.7l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

9.8s

Vel. Máx.

208km/h

Peso

1275kg

Precio

20,630

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

452 L

Depósito

66 L

Potencia

102 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima139 CV / 102 kW
Par máximo188 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito66 L
Maletero452 L

Análisis detallado del Renault Laguna 2.0+ RXE · 139 CV (2000-2001)

Descripción general

El Renault Laguna de 1998, en su versión 2.0 RXE, se presentaba como una berlina media que buscaba conquistar a las familias con una propuesta equilibrada entre confort y funcionalidad. Con un motor de gasolina de 139 CV y una estética que, aunque discreta, prometía un viaje agradable, este modelo se posicionaba como una opción sensata en su segmento, ofreciendo un buen compromiso entre prestaciones y economía para la época.

Experiencia de conducción

Al volante del Laguna 2.0 RXE, la sensación predominante es de suavidad y confort. El motor de 139 CV, aunque no es un derroche de potencia, responde con suficiente brío para el día a día y permite adelantamientos seguros. La suspensión, orientada al confort, filtra eficazmente las irregularidades del asfalto, haciendo los viajes largos muy placenteros. La dirección, sin ser la más comunicativa, es precisa y facilita la conducción. En general, es un coche que invita a la calma y a disfrutar del trayecto sin sobresaltos, ideal para quienes buscan un compañero de viaje fiable y cómodo.

Diseño y estética

El diseño del Renault Laguna de 1998 es un reflejo de la sobriedad y la funcionalidad de finales de los 90. Sus líneas son fluidas y discretas, sin grandes alardes estéticos, pero con una elegancia atemporal. La carrocería de 5 puertas ofrece una buena versatilidad y un acceso cómodo al habitáculo. En el interior, la disposición de los elementos es lógica y ergonómica, con materiales que, aunque no lujosos, transmiten una sensación de solidez y durabilidad. Es un diseño que prioriza la practicidad y el bienestar de los ocupantes, sin renunciar a una imagen cuidada y armoniosa.

Tecnología y características

En su momento, el Laguna 2.0 RXE incorporaba una tecnología adecuada para su segmento. Su motor de gasolina de 1998 cc con inyección indirecta ofrecía una buena eficiencia para la época, con un consumo combinado de 7.7 l/100km. La transmisión manual de 5 velocidades era suave y precisa. En cuanto a seguridad, contaba con elementos como frenos de disco ventilados delanteros y discos traseros, y una suspensión bien calibrada para ofrecer estabilidad. Aunque no disponía de las ayudas a la conducción modernas, su equipamiento era competitivo y funcional, centrado en la comodidad y la seguridad pasiva.

Competencia

En el competitivo mercado de las berlinas medias de finales de los 90, el Renault Laguna 2.0 RXE se enfrentaba a duros rivales. Modelos como el Volkswagen Passat, el Ford Mondeo, el Opel Vectra o el Peugeot 406 ofrecían alternativas con diferentes enfoques, algunos más deportivos, otros más lujosos. El Laguna se distinguía por su confort de marcha, su habitabilidad y una relación calidad-precio atractiva, buscando un equilibrio que lo hiciera deseable para un público amplio que valoraba la comodidad y la funcionalidad por encima de las prestaciones puras o el lujo ostentoso.

Conclusión

El Renault Laguna 2.0 RXE de 1998 es un coche que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo un ejemplo de berlina media bien concebida. Su enfoque en el confort, la practicidad y una mecánica fiable lo convierten en una opción interesante para quienes buscan un vehículo con historia y un mantenimiento razonable. Es un coche que invita a disfrutar de la carretera con tranquilidad, ofreciendo un espacio generoso y una experiencia de conducción relajada. Un clásico que, con los cuidados adecuados, aún tiene mucho que ofrecer.