Peugeot RCZ R 1.6 THP 270 · 271 CV (2013-2016)

2013
Gasolina
FWD
Manual 6v
Peugeot RCZ - Vista 1
Peugeot RCZ - Vista 2
Peugeot RCZ - Vista 3
Peugeot RCZ - Vista 4

Especificaciones y análisis del Peugeot RCZ

Potencia

271CV

Par

330Nm

Consumo

6.3l/100

Emisiones

145g/km

0-100 km/h

5.9s

Vel. Máx.

250km/h

Peso

1355kg

Precio

42,900

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 6v

Tracción

FWD

Plazas

4 / 2 puertas

Maletero

321 L

Depósito

55 L

Potencia

199 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima271 CV / 199 kW
Par máximo330 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 6v

Capacidades

Depósito55 L
Maletero321 L

Análisis detallado del Peugeot RCZ R 1.6 THP 270 · 271 CV (2013-2016)

Descripción general

El Peugeot RCZ R de 2013 es una declaración audaz de deportividad y estilo. Este coupé, con su motor 1.6 THP de 271 CV, no es solo un coche, es una experiencia. Desde el primer vistazo, su silueta inconfundible te atrapa, prometiendo emociones fuertes y un rendimiento que desafía las expectativas de un Peugeot. Es la culminación de la pasión por la conducción, envuelta en un diseño que no deja indiferente a nadie.

Experiencia de conducción

Al volante del RCZ R, la adrenalina fluye con cada aceleración. Sus 271 CV se entregan con una inmediatez sorprendente, empujándote contra el asiento y haciendo que el 0 a 100 km/h en 5.9 segundos se sienta aún más rápido. La dirección es precisa, comunicando cada matiz del asfalto, mientras que la suspensión, firme pero no incómoda, te invita a enlazar curvas con una confianza inusitada. El sonido del motor, aunque no estridente, acompaña la experiencia con una banda sonora deportiva que te conecta directamente con la máquina. Es un coche que te hace sentir vivo, que te reta a exprimir cada gota de su potencial.

Diseño y estética

El diseño del Peugeot RCZ R es, sin duda, su carta de presentación más impactante. Su doble burbuja en el techo, una característica distintiva, le otorga una personalidad única y una elegancia deportiva que lo diferencia de cualquier otro coupé. Las líneas fluidas y musculosas, los pasos de rueda ensanchados y las llantas de 19 pulgadas, todo contribuye a una estética agresiva y sofisticada. Es un coche que atrae miradas, que se detiene en el tiempo y que, a pesar de los años, sigue luciendo moderno y deseable. Cada detalle está pensado para realzar su carácter deportivo, desde los faros afilados hasta la zaga compacta y potente.

Tecnología y características

Bajo su piel deportiva, el RCZ R incorpora tecnología pensada para el rendimiento. Su motor 1.6 THP, a pesar de su cilindrada contenida, es una obra de ingeniería que entrega una potencia excepcional gracias a la inyección directa, el turbo y el intercooler. La transmisión manual de 6 velocidades, precisa y de recorridos cortos, permite un control total sobre la entrega de potencia. Aunque no cuenta con las últimas pantallas táctiles o asistentes de conducción de los modelos actuales, su tecnología se centra en lo esencial: la mecánica y la dinámica de conducción. Los frenos de disco ventilados de 380 mm en el eje delantero garantizan una capacidad de detención formidable, mientras que la dirección electrohidráulica sensible a la velocidad ofrece una asistencia óptima en cada situación.

Competencia

En su momento, el Peugeot RCZ R se enfrentó a rivales de la talla del Audi TT S, el Volkswagen Scirocco R o incluso el Porsche Cayman de acceso. Si bien estos competidores podían ofrecer un mayor prestigio de marca o una tecnología más avanzada en algunos aspectos, el RCZ R se defendía con un diseño más atrevido y una experiencia de conducción pura y visceral. Su relación potencia-precio y su exclusividad lo convertían en una alternativa muy interesante para aquellos que buscaban algo diferente, un coupé con carácter propio y un rendimiento sorprendente.

Conclusión

El Peugeot RCZ R de 2013 es un coche que trasciende el mero transporte para convertirse en una pasión. Es un coupé que enamora por su diseño, que emociona por su rendimiento y que se disfruta en cada kilómetro. No es el coche más práctico, ni el más tecnológico de su época, pero su encanto reside precisamente en su autenticidad y en la pureza de sus sensaciones. Es un clásico moderno, un objeto de deseo para los amantes de la conducción que buscan un coche con alma y un estilo inconfundible. Una joya que, sin duda, dejará una huella imborrable en la memoria de quien lo conduzca.