Peugeot 206 SW Quiksilver 2.0 HDi 90 · 90 CV (2004-2005)

2002
Gasóleo
FWD
Manual 5v
Peugeot 206 - Vista 1
Peugeot 206 - Vista 2
Peugeot 206 - Vista 3
Peugeot 206 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Peugeot 206

Potencia

90CV

Par

205Nm

Consumo

5.3l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

13.5s

Vel. Máx.

179km/h

Peso

1116kg

Precio

14,160

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

313 L

Depósito

50 L

Potencia

66 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima90 CV / 66 kW
Par máximo205 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito50 L
Maletero313 L

Análisis detallado del Peugeot 206 SW Quiksilver 2.0 HDi 90 · 90 CV (2004-2005)

Descripción general

El Peugeot 206 SW Quiksilver 2.0 HDi 90, lanzado en 2002, es la variante familiar de un coche que ya era un éxito de ventas. Con su motor diésel de 90 CV, prometía eficiencia y versatilidad para el día a día, manteniendo el encanto y la agilidad del 206 original. Era una opción atractiva para quienes buscaban un coche compacto pero con un extra de espacio.

Experiencia de conducción

Al volante, el 206 SW Quiksilver 2.0 HDi 90 ofrecía una experiencia de conducción equilibrada. El motor diésel, aunque no era un derroche de potencia, entregaba sus 90 CV de forma suave y progresiva, con un par motor de 205 Nm a 1900 rpm que facilitaba los adelantamientos y la conducción en ciudad. La aceleración de 0 a 100 km/h en 13.5 segundos y una velocidad máxima de 179 km/h lo hacían competente para viajes largos. La suspensión, tipo McPherson delante, absorbía bien las irregularidades del terreno, proporcionando un confort notable para su segmento. La dirección, de cremallera, ofrecía una buena respuesta, haciendo que el coche se sintiera ágil y fácil de manejar en entornos urbanos y carreteras sinuosas. El consumo combinado de 5.3 l/100km era uno de sus puntos fuertes, permitiendo una gran autonomía con su depósito de 50 litros.

Diseño y estética

El diseño del 206 SW Quiksilver mantenía la esencia juvenil y dinámica del 206, pero con una carrocería familiar que se integraba de forma armoniosa. Sus líneas fluidas y su frontal característico le daban una personalidad inconfundible. Con 4028 mm de largo, 1652 mm de ancho y 1460 mm de alto, ofrecía un equilibrio entre compacidad y espacio interior. El maletero, con 313 litros, era suficiente para las necesidades de una familia pequeña, y su portón trasero facilitaba la carga. Las llantas de 15 pulgadas con neumáticos 195/55 R15 H complementaban su estética deportiva y funcional.

Tecnología y características

En el apartado tecnológico, el Peugeot 206 SW Quiksilver 2.0 HDi 90 incorporaba lo esencial para la época. Su motor diésel de inyección directa por conducto común y turbo era un avance significativo en eficiencia y rendimiento. La transmisión manual de 5 velocidades era precisa y fiable. Aunque no contaba con las últimas innovaciones en infoentretenimiento o asistentes a la conducción que vemos hoy, ofrecía un equipamiento funcional y bien resuelto para su segmento y año de fabricación. La dirección asistida y los frenos de disco ventilados delanteros (266 mm) y de tambor traseros (203 mm) garantizaban una conducción segura y controlada.

Competencia

En su momento, el Peugeot 206 SW Quiksilver 2.0 HDi 90 competía en un segmento muy reñido. Sus principales rivales eran modelos como el Renault Clio Grand Tour, el Skoda Fabia Combi o el SEAT Ibiza ST. Frente a ellos, el 206 SW destacaba por su diseño más emocional, su agilidad y un motor diésel muy probado y eficiente. Aunque algunos rivales podían ofrecer más espacio interior o un equipamiento ligeramente superior, el Peugeot se defendía con su equilibrio general y su atractivo estético.

Conclusión

El Peugeot 206 SW Quiksilver 2.0 HDi 90 fue un coche que supo combinar la practicidad de un familiar con el encanto y la agilidad del 206. Su motor diésel ofrecía un consumo muy ajustado y un rendimiento suficiente para el día a día, mientras que su diseño seguía siendo atractivo. Era una opción inteligente para quienes buscaban un coche versátil, económico de mantener y con un toque de personalidad. Un vehículo que, sin grandes alardes, cumplía con creces su cometido y dejaba un buen sabor de boca.