Especificaciones y análisis del Opel Vectra
Potencia
101CV
Par
230Nm
Consumo
5.7l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
13s
Vel. Máx.
195km/h
Peso
1450kg
Precio
21,160€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
500 L
60 L
74 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Opel Vectra 4p Elegance 2.0 DTI 16V · 101 CV (1999-2002)
Descripción general
El Opel Vectra de 1995, en su versión Elegance 2.0 DTI 16V, se presentaba como una berlina de cuatro puertas que buscaba conquistar el segmento medio con una propuesta equilibrada. Con un motor diésel de 101 CV y un enfoque en la eficiencia, este modelo prometía ser un compañero fiable para el día a día, ofreciendo un buen compromiso entre prestaciones y consumo en una época donde el diésel comenzaba a ganar terreno.
Experiencia de conducción
Al volante del Vectra 2.0 DTI, la sensación general es de solidez y confort. El motor diésel, aunque no es un derroche de potencia, entrega sus 101 CV de forma progresiva, con un par motor de 230 Nm disponible desde las 1950 rpm que facilita los adelantamientos y la conducción en carretera. La aceleración de 0 a 100 km/h en 13 segundos y una velocidad máxima de 195 km/h lo sitúan en un rango aceptable para su categoría. La suspensión, de tipo McPherson en el eje delantero, filtra bien las irregularidades del terreno, ofreciendo un viaje cómodo para todos los ocupantes. La dirección, de cremallera, proporciona una respuesta adecuada, aunque sin la agilidad de modelos más deportivos. En general, es un coche que invita a la conducción relajada y a los viajes largos, donde su bajo consumo de 5.7 l/100km en ciclo combinado se convierte en un gran aliado.
Diseño y estética
El diseño del Opel Vectra de 1995 es un reflejo de la estética automovilística de la época: líneas sobrias, funcionales y sin grandes estridencias. La carrocería de cuatro puertas, con una longitud de 4495 mm y una anchura de 1707 mm, ofrece una presencia discreta pero elegante. Los faros delanteros y traseros, de diseño sencillo, se integran armoniosamente en el conjunto. El interior, aunque no destaca por lujos, es espacioso y funcional, con un maletero de 500 litros que lo convierte en un coche práctico para familias. La versión Elegance, como su nombre indica, añade algunos detalles que realzan su atractivo, sin desviarse de la filosofía de un coche pensado para el uso diario.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Opel Vectra 2.0 DTI 16V incorporaba soluciones avanzadas para su tiempo, especialmente en su motorización. El propulsor diésel de 1995 cc, con inyección directa, turbo e intercooler, era un ejemplo de eficiencia y rendimiento. La culata de aluminio y el bloque de hierro garantizaban durabilidad. En cuanto a la transmisión, contaba con una caja de cambios manual de 5 velocidades que gestionaba la potencia de forma eficaz hacia las ruedas delanteras. En el chasis, la suspensión delantera tipo McPherson y los frenos de disco ventilados en el eje delantero y discos en el trasero aseguraban un buen comportamiento dinámico y una frenada segura. Aunque no contaba con las ayudas electrónicas a la conducción que hoy son comunes, su tecnología estaba orientada a ofrecer una experiencia de conducción fiable y eficiente.
Competencia
En el competitivo segmento de las berlinas medias de los años 90, el Opel Vectra 2.0 DTI 16V se enfrentaba a duros rivales. Modelos como el Volkswagen Passat, el Ford Mondeo, el Renault Laguna o el Peugeot 406 eran sus principales competidores. Cada uno ofrecía sus propias virtudes, desde la robustez del Passat hasta el confort del Laguna. El Vectra se posicionaba como una opción equilibrada, con un buen motor diésel, un diseño discreto y una fiabilidad contrastada, buscando atraer a aquellos compradores que valoraban la practicidad y la economía de uso por encima de las extravagancias.
Conclusión
El Opel Vectra 4p Elegance 2.0 DTI 16V de 1995 fue un coche que cumplió con creces su cometido. Ofreció una combinación de confort, eficiencia y fiabilidad que lo convirtió en una opción muy atractiva para las familias y los profesionales de la época. Su motor diésel, aunque no era el más potente, destacaba por su bajo consumo y su buen par motor. Su diseño sobrio y funcional, junto con un interior espacioso, lo hacían un coche práctico y versátil. Aunque los años han pasado, el Vectra de esta generación sigue siendo un testimonio de la ingeniería alemana, un coche que, sin grandes alardes, ofrecía todo lo necesario para disfrutar de la carretera con tranquilidad.




