Especificaciones y análisis del Nissan Primera
Potencia
116CV
Par
163Nm
Consumo
7.4l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
11.9s
Vel. Máx.
188km/h
Peso
1368kg
Precio
20,500€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
450 L
62 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Nissan Primera 4p 1.8 Visia · 116 CV (2004)
Descripción general
El Nissan Primera de 2002, en su versión 4 puertas 1.8 Visia, se presentaba como una berlina con aspiraciones de confort y funcionalidad. Con un motor de gasolina de 1.8 litros y 116 CV, buscaba ofrecer un equilibrio entre rendimiento y eficiencia para el día a día. Su diseño, aunque no revolucionario, intentaba proyectar una imagen de solidez y modernidad para la época.
Experiencia de conducción
Al volante del Primera 1.8 Visia, la sensación general era de suavidad y previsibilidad. El motor de 116 CV, aunque no destacaba por su explosividad, entregaba la potencia de manera lineal, adecuada para una conducción tranquila en ciudad y carretera. La dirección, asistida y sensible a la velocidad, contribuía a una experiencia de manejo cómoda, aunque sin grandes pretensiones deportivas. La suspensión, orientada al confort, absorbía bien las irregularidades del terreno, haciendo los viajes más placenteros. Sin embargo, en situaciones de conducción más exigente, se podía percibir cierta inclinación de la carrocería. La aceleración de 0 a 100 km/h en 11.9 segundos y una velocidad máxima de 188 km/h lo situaban en la media de su segmento, sin grandes alardes pero cumpliendo con lo esperado.
Diseño y estética
El diseño exterior del Nissan Primera de 2002 se caracterizaba por líneas sobrias y funcionales. La carrocería de 4 puertas ofrecía una silueta clásica de berlina, con una estética que priorizaba la aerodinámica y la habitabilidad. Los faros delanteros, de tamaño generoso, se integraban armoniosamente con la parrilla, mientras que la parte trasera mantenía una imagen limpia y ordenada. En el interior, el habitáculo estaba diseñado para ser espacioso y práctico, con una disposición de los mandos intuitiva. Los materiales, aunque no lujosos, eran de buena calidad y transmitían una sensación de durabilidad. La atención al detalle se manifestaba en elementos como el volante y los asientos, pensados para ofrecer confort en trayectos largos.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Nissan Primera 1.8 Visia de 2002 incorporaba elementos que, para su tiempo, eran considerados modernos y funcionales. El motor de 1.8 litros con inyección indirecta y admisión variable buscaba optimizar el consumo y la respuesta. La transmisión manual de 5 velocidades era un estándar en la época, ofreciendo un control directo sobre la entrega de potencia. En cuanto a la seguridad, contaba con frenos de disco ventilados en el eje delantero y discos sólidos en el trasero, complementados con sistemas de asistencia a la frenada. La dirección de cremallera con asistencia sensible a la velocidad mejoraba la maniobrabilidad. Aunque no disponía de las últimas innovaciones en conectividad o sistemas de asistencia a la conducción que vemos hoy, ofrecía lo necesario para una experiencia de conducción segura y cómoda.
Competencia
En el competitivo segmento de las berlinas medias, el Nissan Primera 1.8 Visia se enfrentaba a duros rivales como el Ford Mondeo, el Opel Vectra, el Volkswagen Passat y el Toyota Avensis. Cada uno de ellos ofrecía sus propias fortalezas, ya fuera en diseño, equipamiento o dinámica de conducción. El Primera buscaba diferenciarse por su fiabilidad, su confort de marcha y una relación calidad-precio atractiva, aunque a veces quedaba un paso por detrás en cuanto a la imagen de marca o el dinamismo que ofrecían algunos de sus competidores europeos.
Conclusión
El Nissan Primera 4 puertas 1.8 Visia de 2002 fue un coche honesto y funcional, diseñado para aquellos que buscaban una berlina fiable y cómoda para el día a día. No pretendía ser el más rápido ni el más lujoso, sino un compañero de viaje práctico y eficiente. Su motor de 116 CV ofrecía un rendimiento adecuado, y su diseño interior y exterior priorizaba la habitabilidad y la sobriedad. Aunque no destacaba por su deportividad, su confort de marcha y su probada fiabilidad lo convertían en una opción sensata para familias y profesionales que valoraban la durabilidad y la economía de uso. Un coche que, sin grandes aspavientos, cumplía con su cometido de manera satisfactoria.