Especificaciones y análisis del Mitsubishi Space Star
Potencia
86CV
Par
117Nm
Consumo
6.8l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
13.4s
Vel. Máx.
170km/h
Peso
1125kg
Precio
11,535€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / - puertas
370 L
55 L
63 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mitsubishi Space Star 1.3 16v GLX · 86 CV (1998-2001)
Descripción general
El Mitsubishi Space Star 1.3 16v GLX, un vehículo que vio la luz en 1996, se presentaba como una opción práctica y funcional para la familia. Con su motor de gasolina de 86 CV y una caja de cambios manual de 5 velocidades, prometía una conducción sencilla y eficiente, ideal para el día a día y alguna escapada ocasional. Su diseño, aunque discreto, buscaba maximizar el espacio interior, un aspecto clave para su público objetivo.
Experiencia de conducción
Al volante del Space Star, la sensación predominante era la de un coche honesto y sin pretensiones. Sus 86 CV ofrecían una respuesta adecuada para la ciudad y para mantener cruceros en carretera sin grandes alardes. La aceleración de 0 a 100 km/h en 13.4 segundos y una velocidad máxima de 170 km/h no lo convertían en un deportivo, pero sí en un compañero fiable. El consumo combinado de 6.8 l/100km era razonable para la época, invitando a viajes sin demasiadas preocupaciones por el repostaje. La suspensión tipo McPherson delantera y los frenos de disco ventilados delante, junto a los tambores traseros, aseguraban un comportamiento predecible y seguro, aunque sin la sofisticación de modelos más modernos. La dirección de cremallera, sin asistencia variable, ofrecía una conexión directa con la carretera, aunque podía resultar algo pesada en maniobras a baja velocidad.
Diseño y estética
El diseño del Mitsubishi Space Star de 1996 era eminentemente funcional. Con 4030 mm de largo, 1700 mm de ancho y 1515 mm de alto, sus proporciones estaban pensadas para ofrecer un habitáculo espacioso y un maletero generoso de 370 litros, una cifra muy competente para su segmento. La estética exterior era sobria, con líneas suaves y una silueta que priorizaba la habitabilidad. No buscaba llamar la atención con florituras, sino convencer por su utilidad y su capacidad para transportar a cinco ocupantes con comodidad. Las llantas de 14 pulgadas con neumáticos 175/65 R14 T eran acordes a su enfoque práctico y económico.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Space Star 1.3 16v GLX de 1996 incorporaba lo esencial para la época. Su motor de gasolina de 1299 cc con inyección indirecta y 4 válvulas por cilindro, junto a una relación de compresión de 10, buscaba un equilibrio entre rendimiento y eficiencia. La transmisión manual de 5 velocidades era el estándar, ofreciendo un control directo sobre la potencia. Aunque carecía de las ayudas electrónicas y los sistemas de infoentretenimiento actuales, su tecnología se centraba en la fiabilidad mecánica y en ofrecer una experiencia de conducción sencilla y sin complicaciones. Los materiales del motor, con bloque de hierro y culata de aluminio, eran una combinación probada para la durabilidad.
Competencia
En su segmento, el Mitsubishi Space Star competía con vehículos como el Renault Scénic, el Opel Zafira o el Citroën Xsara Picasso, aunque con un enfoque ligeramente diferente, más cercano a un monovolumen compacto que a un MPV puro. Su propuesta de valor se basaba en la fiabilidad de la marca japonesa, un precio competitivo de 11.535 € en su momento y un espacio interior bien aprovechado. Frente a sus rivales, el Space Star destacaba por su sencillez mecánica y su reputación de durabilidad, aunque quizás ofrecía un diseño menos atrevido o un equipamiento menos abundante en algunas versiones.
Conclusión
El Mitsubishi Space Star 1.3 16v GLX de 1996 fue un coche que cumplió con creces su cometido: ofrecer un transporte familiar práctico, económico y fiable. No era el más rápido, ni el más lujoso, ni el más llamativo, pero su honestidad y su enfoque en la funcionalidad lo convirtieron en una opción sensata para muchas familias. Su consumo contenido y su mecánica probada aseguraban un mantenimiento razonable y una larga vida útil. Un compañero de viaje que, sin grandes aspavientos, se ganaba el cariño por su lealtad y su capacidad para resolver las necesidades del día a día.
