Especificaciones y análisis del Mitsubishi Montero
Potencia
125CV
Par
292Nm
Consumo
11.2l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
15s
Vel. Máx.
155km/h
Peso
1855kg
Precio
28,187€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
AWD
5 / 3 puertas
330 L
75 L
92 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mitsubishi Montero Corto 2.8 Tdi GLS Sahel · 125 CV (1993-2000)
Descripción general
El Mitsubishi Montero Corto 2.8 Tdi GLS Sahel de 1996 es un auténtico icono de la aventura, un vehículo que encarna la robustez y la capacidad todoterreno en su máxima expresión. Diseñado para conquistar los terrenos más desafiantes, este Montero no es solo un coche, es una promesa de libertad y exploración. Con su motor diésel de 125 CV y tracción integral, se presenta como el compañero ideal para aquellos que buscan ir más allá del asfalto, ofreciendo una experiencia de conducción genuina y sin concesiones.
Experiencia de conducción
Al volante del Montero Corto, la sensación es de dominio. Su posición de conducción elevada y su robusta construcción transmiten una seguridad inquebrantable. El motor 2.8 Tdi, con sus 125 CV y 292 Nm de par, empuja con determinación, especialmente a bajas revoluciones, lo que lo hace ideal para superar obstáculos. La dirección, aunque no es la más precisa en carretera, se siente sólida y comunicativa fuera de ella. La suspensión, diseñada para absorber las irregularidades del terreno, ofrece un confort sorprendente incluso en las condiciones más adversas, aunque en asfalto puede resultar algo blanda. Cada viaje se convierte en una aventura, una conexión directa con el camino, donde la máquina y el conductor se unen para superar cualquier desafío.
Diseño y estética
El diseño del Mitsubishi Montero Corto de 1996 es puramente funcional y atemporal, reflejando su propósito todoterreno. Sus líneas cuadradas y musculosas, con una carrocería de tres puertas, le otorgan una presencia imponente y una estética que evoca resistencia. Los pasos de rueda marcados y la altura libre al suelo no dejan dudas sobre sus capacidades off-road. En el interior, la simplicidad y la durabilidad son las protagonistas. Los materiales, aunque no lujosos, están pensados para soportar el uso rudo y el paso del tiempo, con una ergonomía que prioriza la funcionalidad. Es un diseño que no busca la sofisticación, sino la eficacia y la fiabilidad en cualquier entorno.
Tecnología y características
La tecnología del Montero Corto de 1996 se centra en la robustez mecánica y la capacidad todoterreno. Su motor 2.8 Tdi de inyección indirecta con turbo e intercooler es un ejemplo de ingeniería diésel de la época, ofreciendo un equilibrio entre potencia y fiabilidad. La tracción integral permanente, combinada con una caja de cambios manual de cinco velocidades, permite al conductor adaptarse a cualquier superficie. Aunque carece de las ayudas electrónicas modernas, su sistema de tracción y su chasis resistente son su mayor baza tecnológica, proporcionando un control excepcional en situaciones difíciles. Es una tecnología probada y fiable, diseñada para durar y rendir en las condiciones más exigentes.
Competencia
En su época, el Mitsubishi Montero Corto 2.8 Tdi GLS Sahel se enfrentaba a duros competidores en el segmento de los todoterrenos puros. Rivales como el Nissan Patrol GR, el Toyota Land Cruiser o el Land Rover Defender ofrecían propuestas similares de robustez y capacidad off-road. Cada uno con sus particularidades, el Montero destacaba por su equilibrio entre confort en carretera y aptitudes fuera de ella, su motor diésel potente y fiable, y una estética que ha sabido envejecer con dignidad. Era una elección sólida para quienes buscaban un vehículo versátil y capaz de afrontar cualquier desafío.
Conclusión
El Mitsubishi Montero Corto 2.8 Tdi GLS Sahel de 1996 es mucho más que un simple vehículo; es un compañero de aventuras, un símbolo de resistencia y una máquina diseñada para explorar. Su combinación de un motor diésel potente, una tracción integral efectiva y una construcción robusta lo convierten en una opción excepcional para los amantes del todoterreno. Aunque sus prestaciones en carretera no sean las de un turismo moderno, su capacidad para superar obstáculos y su fiabilidad lo compensan con creces. Es un coche que invita a la aventura, a descubrir nuevos horizontes y a disfrutar de la libertad que solo un auténtico 4x4 puede ofrecer. Un clásico que sigue emocionando a quienes valoran la autenticidad y la capacidad.




