Mitsubishi Montero Corto 2.5 Tdi GL · 99 CV (1993-2000)

1996
Gasóleo
AWD
Manual 5v
Mitsubishi Montero - Vista 1
Mitsubishi Montero - Vista 2
Mitsubishi Montero - Vista 3
Mitsubishi Montero - Vista 4

Especificaciones y análisis del Mitsubishi Montero

Potencia

99CV

Par

240Nm

Consumo

10.6l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

-s

Vel. Máx.

145km/h

Peso

1690kg

Precio

20,194

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 5v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 3 puertas

Maletero

330 L

Depósito

75 L

Potencia

73 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima99 CV / 73 kW
Par máximo240 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito75 L
Maletero330 L

Análisis detallado del Mitsubishi Montero Corto 2.5 Tdi GL · 99 CV (1993-2000)

Descripción general

El Mitsubishi Montero Corto 2.5 Tdi GL de 1996 es un auténtico icono de la aventura, un vehículo que encarna la robustez y la capacidad todoterreno en su máxima expresión. Con su diseño compacto y su motor diésel, este Montero se presentaba como el compañero ideal para aquellos que buscaban explorar más allá del asfalto, sin renunciar a una cierta comodidad en el día a día. Su legado perdura como un referente de fiabilidad y espíritu indomable.

Experiencia de conducción

Al volante del Montero Corto, la sensación es de dominio. Su posición de conducción elevada y su chasis robusto transmiten una confianza inquebrantable, especialmente fuera de la carretera. El motor diésel de 99 CV, aunque no es un derroche de potencia, ofrece un par motor contundente a bajas revoluciones, ideal para superar obstáculos. La dirección, aunque no es la más precisa, cumple su función en terrenos difíciles, y la suspensión, diseñada para absorber las irregularidades del camino, proporciona un confort sorprendente para un todoterreno puro. En carretera, su comportamiento es más rudo, pero su propósito nunca fue la velocidad, sino la capacidad de llegar a cualquier parte.

Diseño y estética

El diseño del Mitsubishi Montero Corto de 1996 es inconfundiblemente funcional y robusto. Sus líneas cuadradas y su carrocería de tres puertas le otorgan una presencia imponente y compacta a la vez. Los pasos de rueda marcados, la altura libre al suelo y la rueda de repuesto en el portón trasero son elementos que gritan aventura. En el interior, la simplicidad y la durabilidad son las claves, con materiales resistentes pensados para soportar el uso más exigente. No busca la sofisticación, sino la practicidad y la resistencia, un diseño que ha envejecido con dignidad y que sigue atrayendo a los amantes de los todoterrenos clásicos.

Tecnología y características

En 1996, la tecnología del Montero Corto se centraba en su mecánica robusta y su sistema de tracción. El motor 2.5 Tdi, con inyección indirecta, turbo e intercooler, era un propulsor diésel fiable y probado. La transmisión manual de cinco velocidades, combinada con su tracción total, permitía al conductor seleccionar entre diferentes modos de tracción para adaptarse a cualquier superficie. Aunque carecía de las ayudas electrónicas modernas, su tecnología radicaba en la ingeniería mecánica pura, en la capacidad de sus diferenciales y en la robustez de sus componentes, elementos que garantizaban su rendimiento en las condiciones más adversas.

Competencia

En su época, el Mitsubishi Montero Corto se enfrentaba a duros competidores en el segmento de los todoterrenos compactos. Rivales como el Nissan Patrol GR, el Toyota Land Cruiser o el Land Rover Defender ofrecían propuestas similares de robustez y capacidad off-road. Cada uno con sus particularidades, el Montero destacaba por su equilibrio entre prestaciones, fiabilidad y un precio competitivo, lo que le permitió hacerse un hueco importante en el mercado y ganarse la lealtad de muchos aventureros.

Conclusión

El Mitsubishi Montero Corto 2.5 Tdi GL de 1996 es mucho más que un simple vehículo; es una declaración de intenciones. Representa la libertad, la aventura y la capacidad de superar cualquier desafío. Su diseño atemporal, su mecánica fiable y sus probadas aptitudes todoterreno lo convierten en un clásico venerado por aquellos que buscan un compañero de viaje incansable. Aunque los años han pasado, su espíritu sigue vivo, recordándonos que la verdadera aventura no necesita de lujos, sino de un buen motor y la determinación de explorar.