Especificaciones y análisis del Mitsubishi Colt
Potencia
103CV
Par
141Nm
Consumo
6.9l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
10.5s
Vel. Máx.
185km/h
Peso
975kg
Precio
12,721€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 3 puertas
240 L
50 L
76 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mitsubishi Colt 1.6 16V GLX · 103 CV (2001-2003)
Descripción general
El Mitsubishi Colt 1.6 16V GLX de 1996, en su versión de 3 puertas, se presenta como un compacto que, a pesar de los años, aún puede ofrecer una experiencia de conducción honesta y directa. Con un motor de gasolina de 103 CV y una caja de cambios manual de 5 velocidades, este modelo buscaba un equilibrio entre agilidad urbana y capacidad para trayectos más largos, todo ello con la fiabilidad que se esperaba de la marca japonesa en aquella época.
Experiencia de conducción
Al volante del Colt, la sensación es de ligereza y agilidad. Sus 975 kg de peso se combinan con un motor de 103 CV que, aunque no es un cohete, permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 10.5 segundos, suficiente para moverse con soltura en el tráfico. La dirección de cremallera, sin asistencia variable, ofrece una conexión directa con la carretera, transmitiendo las sensaciones del asfalto. La suspensión tipo McPherson delantera y la barra estabilizadora contribuyen a un comportamiento predecible, aunque sin grandes alardes de deportividad. Los frenos de disco ventilados delanteros y tambor traseros cumplen su función, pero no esperes una mordida contundente. Es un coche que invita a una conducción relajada, pero que no se asusta si le pides un poco más.
Diseño y estética
El diseño del Mitsubishi Colt de 1996 es un reflejo de su época: líneas suaves y redondeadas, sin estridencias, que buscan la funcionalidad por encima de la espectacularidad. La carrocería de 3 puertas le confiere un aspecto juvenil y compacto, ideal para la ciudad. Sus dimensiones contenidas (3900 mm de largo, 1680 mm de ancho y 1365 mm de alto) facilitan las maniobras y el aparcamiento. El interior, aunque sobrio, está diseñado para ser práctico, con un maletero de 240 litros que, si bien no es enorme, es suficiente para el día a día. Es un diseño que ha envejecido con dignidad, sin grandes pretensiones, pero con una clara identidad.
Tecnología y características
En 1996, la tecnología en el automóvil era muy diferente a la actual. El Colt 1.6 16V GLX se centra en lo esencial. Su motor de 1.6 litros y 16 válvulas con inyección indirecta es un ejemplo de ingeniería robusta y probada. La transmisión manual de 5 velocidades es sencilla y eficaz. No encontrarás grandes pantallas táctiles ni asistentes a la conducción avanzados, pero sí una mecánica fiable y fácil de mantener. La dirección de cremallera y la suspensión McPherson son soluciones técnicas bien conocidas que garantizan un comportamiento predecible. Es un coche que representa la tecnología automotriz de finales del siglo XX, donde la simplicidad y la durabilidad eran valores fundamentales.
Competencia
En su segmento y época, el Mitsubishi Colt 1.6 16V GLX competía con modelos como el Volkswagen Golf, el Opel Astra, el Ford Escort o el Honda Civic. Frente a ellos, el Colt ofrecía una alternativa con un enfoque en la fiabilidad mecánica y un diseño discreto. Si bien no destacaba por un equipamiento lujoso o unas prestaciones deportivas extremas, su motor de 103 CV y su agilidad lo convertían en una opción interesante para quienes buscaban un compacto práctico y duradero, con un toque de distinción japonesa.
Conclusión
El Mitsubishi Colt 1.6 16V GLX de 1996 es un coche que, a pesar de su edad, mantiene su encanto como un compacto honesto y funcional. Su motor de 103 CV, combinado con un peso ligero, ofrece una experiencia de conducción ágil y directa, ideal para el uso diario. Su diseño atemporal y su reputación de fiabilidad lo convierten en una opción interesante para quienes buscan un vehículo con carácter y sin complicaciones. Es un coche que te conecta con la carretera, sin filtros, y que te recordará una época donde la mecánica pura era la protagonista. Un compañero fiel para el día a día, con un toque de nostalgia.