Especificaciones y análisis del MG ZR
Potencia
160CV
Par
174Nm
Consumo
7.5l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
7.8s
Vel. Máx.
210km/h
Peso
1145kg
Precio
18,950€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 3 puertas
304 L
50 L
118 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del MG ZR 1.8 VVC Core 3p · 160 CV (2001-2004)
Descripción general
El MG ZR 1.8 VVC Core 3p, fabricado entre 2001 y 2004, es un compacto deportivo que irrumpió en el mercado con la promesa de ofrecer emociones fuertes a un precio accesible. Con su motor de 160 CV y un diseño que no pasaba desapercibido, este modelo buscaba conquistar a los amantes de la conducción dinámica, ofreciendo una alternativa británica con carácter propio en un segmento muy competido.
Experiencia de conducción
Al volante del MG ZR 1.8 VVC Core 3p, la experiencia es visceral y directa. Sus 160 CV, entregados a 7000 rpm, se sienten con una inmediatez que pocos coches de su época podían igualar en su rango de precio. La aceleración de 0 a 100 km/h en 7.8 segundos y una velocidad máxima de 210 km/h son cifras que invitan a la diversión. La suspensión, de tipo McPherson delante y rueda tirada con elemento torsional detrás, junto a las barras estabilizadoras en ambos ejes, proporciona una agilidad sorprendente y una conexión con la carretera que transmite cada imperfección del asfalto, lo que puede ser emocionante para algunos y algo incómodo para otros. La dirección, de cremallera, es precisa y comunicativa, permitiendo trazar las curvas con confianza. Es un coche que pide ser conducido con entusiasmo, recompensando al conductor con una respuesta enérgica y un sonido de motor que incita a subir de vueltas.
Diseño y estética
El diseño del MG ZR 1.8 VVC Core 3p es inconfundiblemente deportivo y juvenil. Sus líneas afiladas y su carrocería de 3 puertas le otorgan una presencia agresiva y compacta. Los detalles como las llantas de 17 pulgadas con neumáticos 205/45 R17, los faldones laterales y el alerón trasero no solo realzan su estética, sino que también sugieren su carácter prestacional. Aunque basado en el Rover 25, el ZR supo diferenciarse con una imagen más radical y orientada a la deportividad, atrayendo a un público que buscaba un coche con personalidad y un toque de rebeldía. El interior, aunque funcional, se centra en la experiencia de conducción, con asientos que ofrecen buen soporte lateral y una instrumentación clara y legible.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el MG ZR 1.8 VVC Core 3p se enfoca en lo esencial para la conducción deportiva. Su motor de 1.8 litros con 160 CV incorpora inyección indirecta y admisión variable, una tecnología que optimiza la entrega de potencia a diferentes regímenes. La caja de cambios manual de 5 velocidades es precisa y permite exprimir al máximo el potencial del motor. Los frenos, con discos ventilados de 282 mm delante y discos de 260 mm detrás, garantizan una capacidad de detención adecuada para su rendimiento. Aunque no cuenta con las ayudas electrónicas avanzadas de los coches modernos, su tecnología se centra en la mecánica pura y en ofrecer una experiencia de conducción auténtica y sin filtros.
Competencia
En su momento, el MG ZR 1.8 VVC Core 3p se enfrentó a rivales de peso en el segmento de los compactos deportivos. Modelos como el Peugeot 206 GTi, el Renault Clio Sport o el Ford Fiesta ST eran sus competidores directos. Cada uno ofrecía su propia interpretación de la deportividad, pero el MG ZR se distinguía por su carácter británico, su motor VVC y una puesta a punto del chasis que priorizaba la agilidad y la diversión al volante. Su precio de 18.950 euros lo posicionaba como una opción atractiva para aquellos que buscaban un coche prestacional sin desembolsar grandes sumas.
Conclusión
El MG ZR 1.8 VVC Core 3p es un coche que, a pesar de los años, sigue evocando una pasión por la conducción pura. Es un vehículo para quienes valoran la conexión directa con la carretera, la respuesta enérgica del motor y un diseño que no pasa desapercibido. Aunque su consumo combinado de 7.5 l/100km y su etiqueta ambiental B lo sitúan en un contexto diferente al actual, su espíritu deportivo y su capacidad para arrancar sonrisas al volante lo convierten en un clásico moderno para los entusiastas. Es un testimonio de una época en la que la emoción al volante era la prioridad, ofreciendo una experiencia auténtica y sin artificios.




