Especificaciones y análisis del Mercedes-Benz Clase V
Potencia
174CV
Par
237Nm
Consumo
13.8l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
12.7s
Vel. Máx.
184km/h
Peso
2070kg
Precio
37,200€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 4v
FWD
7 / 5 puertas
581 L
78 L
128 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mercedes-Benz V 280 · 174 CV (1999-2002)
Descripción general
El Mercedes-Benz Clase V 280 de 1999 es un monovolumen que, a pesar de su tamaño, busca ofrecer la comodidad y el lujo característicos de la marca. Con su motor de gasolina de 2.8 litros y 174 CV, y una transmisión automática de 4 velocidades, se posiciona como una opción interesante para quienes buscan espacio y un toque de distinción en un vehículo familiar o de transporte.
Experiencia de conducción
Al volante del Clase V 280, la sensación predominante es de amplitud y confort. El motor de 174 CV, aunque no lo convierte en un deportivo, ofrece una respuesta adecuada para mover sus 2070 kg, especialmente en carretera. La transmisión automática de 4 velocidades, si bien no es la más moderna, contribuye a una conducción relajada. La suspensión tipo McPherson en el eje delantero busca un equilibrio entre comodidad y estabilidad, aunque su tamaño y peso pueden hacerse notar en curvas cerradas. La dirección de cremallera, sin asistencia variable, proporciona una sensación directa, pero el diámetro de giro de 12.4 metros puede dificultar las maniobras en espacios reducidos. El consumo combinado de 13.8 l/100km es un recordatorio de su naturaleza y de la época en que fue concebido.
Diseño y estética
El diseño del Mercedes-Benz Clase V 280 de 1999 es funcional y robusto, con líneas que reflejan la estética de finales de los 90. Sus 4660 mm de largo, 1880 mm de ancho y 1844 mm de alto le otorgan una presencia imponente en la carretera. Las 5 puertas facilitan el acceso a un interior espacioso, capaz de albergar hasta 7 ocupantes. El maletero, con un mínimo de 581 litros, subraya su vocación familiar o de transporte. Las llantas de 16 pulgadas con neumáticos 205/60 R16 H complementan su imagen, aportando un toque de solidez.
Tecnología y características
En el apartado tecnológico, el Clase V 280 de 1999 se sitúa en su contexto temporal. Su motor de gasolina de 2.8 litros y 174 CV, con 2 válvulas por cilindro y una relación de compresión de 10.1, representa una ingeniería sólida para la época. La transmisión automática de 4 velocidades es un elemento clave para la comodidad de conducción. En cuanto a la seguridad, cuenta con frenos de disco ventilados de 276 mm en el eje delantero y discos de 280 mm en el trasero, garantizando una capacidad de frenado adecuada. La suspensión delantera tipo McPherson y la barra estabilizadora delantera contribuyen a la estabilidad. Sin embargo, carece de muchas de las asistencias a la conducción y sistemas de infoentretenimiento que son comunes en vehículos más modernos.
Competencia
En su segmento y época, el Mercedes-Benz Clase V 280 competía con monovolúmenes de gran tamaño que buscaban ofrecer espacio y versatilidad. Entre sus rivales directos se encontraban modelos como el Volkswagen Sharan, el Ford Galaxy o el Chrysler Voyager. El Clase V se diferenciaba por el prestigio de la marca Mercedes-Benz, su motorización más potente en esta versión y un enfoque en el confort y la calidad de los materiales, aunque su precio de 37.200 € lo situaba en la parte alta del mercado.
Conclusión
El Mercedes-Benz Clase V 280 de 1999 es un vehículo que, a pesar de los años, sigue siendo un testimonio de la búsqueda de Mercedes-Benz por ofrecer soluciones de transporte espaciosas y confortables. Su motor potente para la época, su transmisión automática y su amplio interior lo convierten en una opción interesante para familias numerosas o para quienes necesitan un vehículo con gran capacidad de carga y pasajeros. Si bien su consumo y la ausencia de tecnologías modernas pueden ser un punto a considerar, su robustez y el prestigio de la marca siguen siendo atractivos para ciertos compradores. Es un coche que invita a viajes largos con comodidad, aunque con la conciencia de que estamos ante un clásico que requiere un mantenimiento acorde.




