Especificaciones y análisis del Mercedes-Benz Clase G
Potencia
387CV
Par
530Nm
Consumo
14.7l/100
Emisiones
351g/km
0-100 km/h
6.1s
Vel. Máx.
210km/h
Peso
2380kg
Precio
109,144€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 7v
AWD
5 / 5 puertas
480 L
96 L
285 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mercedes-Benz G 500 L · 387 CV (2010-2011)
Descripción general
El Mercedes-Benz Clase G 500 L de 2008 es una leyenda viva, un todoterreno que desafía el paso del tiempo con su imponente presencia y su innegable capacidad. Este modelo, con su motor V8 de 5.5 litros y 387 CV, no es solo un vehículo, es una declaración de intenciones, una máquina diseñada para conquistar cualquier terreno sin renunciar al lujo y la distinción que caracterizan a la marca de la estrella. Su precio de 109.144 € en 2011 lo posicionaba como un objeto de deseo para aquellos que buscaban lo máximo en robustez y exclusividad.
Experiencia de conducción
Conducir el Clase G 500 L es una experiencia visceral. El rugido de su motor V8 al arrancar es una sinfonía que anticipa la potencia que se esconde bajo el capó. A pesar de su tamaño y peso, los 387 CV y 530 Nm de par motor lo impulsan con una sorprendente agilidad, alcanzando los 100 km/h en solo 6.1 segundos. La suspensión de eje rígido, tanto delantera como trasera, transmite una sensación de solidez inquebrantable, aunque en carretera puede resultar algo menos refinada que la de un SUV moderno. Fuera del asfalto, es donde el Clase G brilla con luz propia, superando obstáculos con una facilidad asombrosa, transmitiendo una confianza absoluta al conductor. El consumo de 14.7 l/100km en ciclo combinado es un recordatorio de su naturaleza poderosa y su enfoque en el rendimiento.
Diseño y estética
El diseño del Mercedes-Benz Clase G es icónico, atemporal y funcional. Sus líneas cuadradas y robustas, que apenas han cambiado desde su concepción, le confieren una personalidad inconfundible. La versión larga de 4662 mm de longitud y 1931 mm de altura acentúa su presencia dominante. Cada detalle, desde los faros redondos hasta las bisagras expuestas de las puertas, habla de su herencia militar y su propósito de ser un vehículo imparable. Es un diseño que no busca la moda, sino la durabilidad y la eficacia, y precisamente por eso, se ha convertido en un clásico moderno.
Tecnología y características
A pesar de su apariencia clásica, el Clase G 500 L de 2008 incorporaba tecnología avanzada para su época. Su motor V8 de 5.5 litros con inyección indirecta y admisión variable, junto con una transmisión automática de 7 velocidades, garantizaba un rendimiento óptimo. La tracción integral permanente (AWD) y los bloqueos de diferencial, elementos clave en su capacidad todoterreno, eran gestionados con precisión. Aunque no contaba con las pantallas táctiles y los sistemas de asistencia a la conducción de los vehículos actuales, su tecnología se centraba en la mecánica y la durabilidad, ofreciendo un nivel de ingeniería excepcional para superar cualquier desafío.
Competencia
En su segmento, el Mercedes-Benz Clase G 500 L se enfrentaba a pocos rivales directos que pudieran igualar su combinación de lujo, capacidad todoterreno extrema y exclusividad. Modelos como el Range Rover Vogue o el Toyota Land Cruiser V8 ofrecían lujo y capacidades off-road, pero ninguno poseía el mismo nivel de robustez y el estatus de icono que el Clase G. Su carácter único lo situaba en una liga propia, atrayendo a un público que valoraba la autenticidad y la capacidad por encima de todo.
Conclusión
El Mercedes-Benz Clase G 500 L de 2008 es mucho más que un simple todoterreno; es una leyenda sobre ruedas. Su combinación de un diseño inconfundible, un motor V8 potente y una capacidad todoterreno inigualable lo convierten en un vehículo excepcional. Es un coche para aquellos que buscan aventura sin renunciar al lujo, para quienes valoran la ingeniería robusta y la fiabilidad. A pesar de su elevado consumo y su precio, el Clase G ofrece una experiencia de conducción única y una sensación de invencibilidad que pocos vehículos pueden igualar. Es un clásico que sigue cautivando y demostrando que la verdadera esencia nunca pasa de moda.