Especificaciones y análisis del Mazda 626
Potencia
136CV
Par
178Nm
Consumo
8.1l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9.6s
Vel. Máx.
208km/h
Peso
1290kg
Precio
21,100€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 5 puertas
502 L
64 L
100 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Mazda 626 Touring 2.0 16V 5p · 136 CV (2000-2002)
Descripción general
El Mazda 626 Touring 2.0 16V 5p de 1998 es un vehículo que, a pesar de los años, sigue evocando una sensación de fiabilidad y practicidad. Con su motor de gasolina de 136 CV y una caja de cambios manual de 5 velocidades, este modelo se presentaba como una opción sensata para quienes buscaban un coche familiar con un toque de dinamismo. Su diseño, aunque discreto, prometía una funcionalidad que pocos rivales de la época podían igualar, ofreciendo un equilibrio entre confort y rendimiento que lo hacía destacar en su segmento.
Experiencia de conducción
Al volante del Mazda 626, la sensación predominante es de solidez y control. El motor de 2.0 litros y 136 CV, aunque no es un derroche de potencia, ofrece una respuesta adecuada para la mayoría de las situaciones, permitiendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 9.6 segundos y una velocidad máxima de 208 km/h. La suspensión tipo McPherson en el eje delantero, junto con los frenos de disco ventilados, contribuyen a una conducción estable y segura. La dirección de cremallera, aunque carece de la asistencia variable de modelos más modernos, proporciona una conexión directa con la carretera, transmitiendo confianza al conductor. Es un coche que se siente predecible y fácil de manejar, ideal para viajes largos o el día a día en la ciudad.
Diseño y estética
El diseño del Mazda 626 Touring de 1998 es un reflejo de la filosofía japonesa de la época: funcional, sobrio y elegante. Sus líneas son limpias y carecen de estridencias, lo que le confiere una atemporalidad que le permite envejecer con dignidad. La carrocería berlina de 5 puertas, con sus 4590 mm de longitud, 1710 mm de ancho y 1430 mm de alto, ofrece un espacio interior generoso y un maletero de 502 litros, ideal para las necesidades de una familia. Las llantas de 15 pulgadas con neumáticos 195/60 R15 complementan su estética sin sacrificar el confort de marcha. Es un diseño que prioriza la utilidad y la discreción sobre la ostentación, un coche que no busca llamar la atención, sino cumplir su función con eficacia.
Tecnología y características
En el ámbito tecnológico, el Mazda 626 de 1998 se situaba en la media de su segmento. Su motor de gasolina de 1991 cc, con 4 cilindros y 4 válvulas por cilindro, utilizaba inyección indirecta, una tecnología probada y fiable. La transmisión manual de 5 velocidades era la opción estándar, ofreciendo un control directo sobre la potencia del motor. Aunque carecía de las sofisticaciones electrónicas de los coches actuales, como el Start&Stop o sistemas de asistencia a la conducción avanzados, su tecnología se centraba en la durabilidad y la eficiencia mecánica. Los materiales utilizados en el motor, como el bloque de hierro y la culata de aluminio, eran una muestra de la ingeniería robusta de Mazda. Su consumo combinado de 8.1 l/100km, aunque no es el más bajo para los estándares actuales, era competitivo en su momento.
Competencia
En su época, el Mazda 626 Touring se enfrentaba a una dura competencia en el segmento de las berlinas medias. Sus principales rivales incluían modelos como el Volkswagen Passat, el Ford Mondeo, el Opel Vectra y el Toyota Avensis. Frente a ellos, el 626 ofrecía una alternativa con un enfoque en la fiabilidad y una conducción equilibrada. Aunque quizás no destacaba por un diseño vanguardista o una tecnología puntera, su reputación de durabilidad y su buen comportamiento en carretera lo convertían en una opción muy atractiva para aquellos que valoraban la practicidad y la tranquilidad de un coche bien construido.
Conclusión
El Mazda 626 Touring 2.0 16V 5p de 1998 es un testimonio de la ingeniería japonesa, un coche que, a pesar de su edad, sigue siendo una opción digna de consideración para quienes buscan un vehículo fiable y funcional. Su diseño atemporal, su motor robusto y su comportamiento predecible en carretera lo convierten en un compañero de viaje honesto y capaz. Es un coche que no promete emociones desbordantes, sino una experiencia de conducción sólida y sin complicaciones, un verdadero caballo de batalla que ha demostrado su valía a lo largo del tiempo. Su fiabilidad es una de sus mayores virtudes, un legado que Mazda ha sabido mantener a lo largo de los años.




