Mazda 323 Sportive 1.6 16V 5p · 98 CV (2001-2002)

2002
Gasolina
FWD
Manual 5v
Mazda 323 - Vista 1
Mazda 323 - Vista 2
Mazda 323 - Vista 3
Mazda 323 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Mazda 323

Potencia

98CV

Par

145Nm

Consumo

7.7l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

11.6s

Vel. Máx.

182km/h

Peso

1185kg

Precio

16,850

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

356 L

Depósito

55 L

Potencia

72 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima98 CV / 72 kW
Par máximo145 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito55 L
Maletero356 L

Análisis detallado del Mazda 323 Sportive 1.6 16V 5p · 98 CV (2001-2002)

Descripción general

El Mazda 323 Sportive 1.6 16V de 2002 es un compacto que, a primera vista, podría pasar desapercibido, pero esconde un espíritu práctico y una fiabilidad japonesa que lo hacen un compañero de viaje digno de consideración. Con su carrocería de 5 puertas, se presenta como una opción sensata para el día a día, ofreciendo un equilibrio entre funcionalidad y un toque de dinamismo.

Experiencia de conducción

Al volante del Mazda 323 Sportive, la sensación es de control y previsibilidad. Su motor de 1.6 litros y 98 CV, aunque no es un derroche de potencia, responde con suficiente agilidad para la conducción urbana y se defiende en carretera. La caja de cambios manual de 5 velocidades es precisa, permitiendo una conexión directa con la mecánica. La suspensión, tipo McPherson tanto delante como detrás, filtra bien las irregularidades del asfalto, ofreciendo un confort de marcha adecuado sin sacrificar una pisada firme. La dirección de cremallera, aunque carece de la asistencia variable de modelos más modernos, transmite una buena sensación de lo que ocurre bajo las ruedas. Es un coche que invita a una conducción relajada pero que no se amilana si se le exige un poco más, mostrando un comportamiento noble y seguro.

Diseño y estética

El diseño del Mazda 323 Sportive de 2002 es un reflejo de la sobriedad y la funcionalidad. Sus líneas son limpias y atemporales, sin estridencias, lo que le permite envejecer con dignidad. La versión Sportive añade un toque de distinción con detalles que realzan su carácter sin caer en excesos. Las llantas de 15 pulgadas con neumáticos 195/55 R15 V le otorgan una postura sólida. El interior, aunque no deslumbra por su lujo, está bien resuelto, con una ergonomía pensada para el conductor y materiales que, sin ser premium, son duraderos y agradables al tacto. La habitabilidad es correcta para cuatro adultos, y el maletero de 356 litros ofrece un espacio suficiente para el equipaje diario.

Tecnología y características

En 2002, el Mazda 323 Sportive incorporaba una tecnología que, si bien hoy puede parecer básica, era competente para su época. Su motor de gasolina de 1.6 litros con inyección indirecta y 16 válvulas era un propulsor probado y eficiente. La transmisión manual de 5 velocidades era el estándar, ofreciendo una experiencia de conducción directa. En cuanto a seguridad, contaba con frenos de disco ventilados delanteros y discos traseros, proporcionando una capacidad de frenado adecuada. La dirección de cremallera y la suspensión independiente en ambos ejes contribuían a un comportamiento dinámico equilibrado. No esperes grandes pantallas táctiles o asistentes de conducción avanzados, pero sí una mecánica robusta y fiable.

Competencia

En su segmento, el Mazda 323 Sportive competía con pesos pesados como el Volkswagen Golf, el Ford Focus, el Opel Astra o el Honda Civic. Frente a ellos, el Mazda ofrecía una alternativa con un enfoque en la fiabilidad y una conducción equilibrada, quizás sin el glamour de algunos de sus rivales europeos, pero con una propuesta honesta y duradera. Su precio de 16.850 euros lo situaba en una posición competitiva dentro del mercado de los compactos.

Conclusión

El Mazda 323 Sportive 1.6 16V de 2002 es un coche que cumple con creces su cometido. Es un vehículo práctico, fiable y con un comportamiento dinámico que, sin ser deportivo, resulta agradable y seguro. Su diseño atemporal y su mecánica probada lo convierten en una opción interesante para quienes buscan un compacto sin complicaciones, capaz de afrontar el día a día con solvencia y sin sorpresas. Es un coche que, aunque no busca ser el centro de atención, se gana el respeto por su honestidad y durabilidad.