Land Rover Freelander 4x4 Excursion 2.5i V6 E CommandShift · 177 CV (2002-2003)

1996
Gasolina
AWD
Automático 5v
Land Rover Freelander - Vista 1
Land Rover Freelander - Vista 2
Land Rover Freelander - Vista 3
Land Rover Freelander - Vista 4

Especificaciones y análisis del Land Rover Freelander

Potencia

177CV

Par

240Nm

Consumo

12.4l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

11.1s

Vel. Máx.

182km/h

Peso

1567kg

Precio

31,200

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 5v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

546 L

Depósito

59 L

Potencia

130 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima177 CV / 130 kW
Par máximo240 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 5v

Capacidades

Depósito59 L
Maletero546 L

Análisis detallado del Land Rover Freelander 4x4 Excursion 2.5i V6 E CommandShift · 177 CV (2002-2003)

Descripción general

El Land Rover Freelander de primera generación fue un pionero, un vehículo que se atrevió a combinar la legendaria capacidad todoterreno de la marca con un formato más compacto y civilizado para el día a día. Esta versión con el motor V6 de 2.5 litros y 177 caballos representaba el culmen de la gama, una declaración de intenciones que prometía suavidad, potencia y el inconfundible espíritu de aventura de Land Rover en un envase más accesible.

Experiencia de conducción

Conducir este Freelander es una experiencia que te transporta a otra época. El motor V6 susurra con una finura que ya no se encuentra, entregando su potencia de forma lineal y progresiva. No es un deportivo, pero su empuje es constante y la caja automática CommandShift de 5 velocidades gestiona la fuerza con solvencia. Se siente robusto y seguro, con una suspensión que absorbe las irregularidades con aplomo, aunque en curvas se percibe el balanceo propio de su altura. La tracción total permanente te da esa confianza extra para salir del asfalto, recordándote que, a pesar de su apariencia urbana, llevas un auténtico Land Rover entre manos. Eso sí, prepárate para visitar la gasolinera con frecuencia, pues su sed es considerable.

Diseño y estética

Su diseño es icónico y atemporal. Posee una robustez encantadora, con líneas cuadradas suavizadas y detalles que gritan 'aventura', como la rueda de repuesto colgada en el portón trasero. Es un coche que inspira confianza con solo mirarlo. Por dentro, el ambiente es funcional y espacioso. La posición de conducción elevada te hace sentir el rey de la carretera, ofreciendo una visibilidad magnífica. Los materiales, aunque no lujosos, están pensados para durar y soportar un trato exigente, fiel a la filosofía de la marca.

Tecnología y características

Para su época, el Freelander V6 estaba bien equipado. El corazón del coche, su motor de seis cilindros en V fabricado en aluminio, era una pieza de ingeniería refinada. La tracción integral permanente era su gran baza tecnológica, un sistema que, aunque más simple que los actuales, garantizaba una motricidad excelente en condiciones difíciles. La inclusión de una caja automática con modo secuencial CommandShift también era un punto a su favor, aportando un toque de control deportivo. Sin embargo, detalles como los frenos de tambor en el eje trasero nos recuerdan que es un diseño de hace dos décadas.

Competencia

En su momento, el Freelander compitió en un mercado floreciente. Se enfrentó a duros rivales japoneses como el Toyota RAV4 y el Honda CR-V, que destacaban por su fiabilidad y eficiencia. El Land Rover jugaba en otra liga emocional, apelando al prestigio de su marca y a unas capacidades fuera del asfalto que sus competidores no siempre podían igualar. Era la opción para quien buscaba algo más que un simple SUV; buscaba una herencia y un carácter inimitables.

Conclusión

El Land Rover Freelander 2.5 V6 es un coche con un alma inmensa. Es el equilibrio imperfecto pero cautivador entre la rudeza del campo y la comodidad de la ciudad. Ofrece la suavidad de un motor noble, un diseño que ha envejecido con dignidad y la promesa de aventura que solo Land Rover sabe infundir. No es el más eficiente ni el más fiable, pero las sensaciones que transmite y su polivalencia lo convierten en un clásico moderno para nostálgicos y aventureros que valoren el carácter por encima de la practicidad pura.