Land Rover Freelander 4x4 3p V6 E CommandShift · 177 CV (2003-2005)

2004
Gasolina
AWD
Automático 5v
Land Rover Freelander - Vista 1
Land Rover Freelander - Vista 2
Land Rover Freelander - Vista 3
Land Rover Freelander - Vista 4

Especificaciones y análisis del Land Rover Freelander

Potencia

177CV

Par

240Nm

Consumo

12.4l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

10.1s

Vel. Máx.

182km/h

Peso

1562kg

Precio

27,452

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 5v

Tracción

AWD

Plazas

4 / 3 puertas

Maletero

311 L

Depósito

64 L

Potencia

130 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima177 CV / 130 kW
Par máximo240 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 5v

Capacidades

Depósito64 L
Maletero311 L

Análisis detallado del Land Rover Freelander 4x4 3p V6 E CommandShift · 177 CV (2003-2005)

Descripción general

El Land Rover Freelander de 2004 en su versión V6 de 3 puertas es la encarnación de un espíritu aventurero en un formato compacto y lleno de carácter. Representa la puerta de entrada al universo Land Rover, fusionando la legendaria capacidad todoterreno de la marca con una agilidad más adecuada para la vida cotidiana. Este modelo no es solo un coche, es una declaración de intenciones, un vehículo que evoca libertad y la promesa de escapar de la rutina.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del Freelander V6 es una experiencia gratificante y poderosa. El motor de 6 cilindros y 177 caballos empuja con una suavidad y contundencia que enamoran, acompañado por una transmisión automática que gestiona la potencia con soltura. La tracción total permanente transmite una sensación de seguridad inquebrantable, tanto en asfalto mojado como en caminos de tierra. Su elevada posición de conducción te hace sentir el rey de la carretera, dominando el entorno. Sin embargo, esa potencia tiene un precio en la gasolinera, con un consumo notable que nos recuerda su naturaleza robusta y su época.

Diseño y estética

Su diseño es inconfundiblemente Land Rover, con líneas rectas y una presencia imponente a pesar de su tamaño contenido. La carrocería de tres puertas le otorga un aire juvenil y deportivo, casi de coupé todoterreno, que lo distingue claramente de sus competidores más familiares. El interior, aunque funcional y con materiales pensados para durar, refleja la estética de su tiempo. Es un habitáculo acogedor que te aísla del exterior y te prepara para la aventura, aunque el espacio en las plazas traseras y el maletero sea más bien justo.

Tecnología y características

Para su época, el Freelander V6 ofrecía un conjunto tecnológico interesante. El corazón del sistema era su sofisticado motor V6 con admisión variable y su tracción integral permanente, un pilar de la marca. La caja de cambios automática CommandShift permitía un manejo secuencial, añadiendo un toque de control deportivo a la conducción. Aunque carece de las ayudas a la conducción modernas, su chasis y sistema de tracción eran una proeza de ingeniería orientada a ofrecer un rendimiento excepcional fuera del asfalto sin sacrificar demasiado el confort en carretera.

Competencia

En el competitivo segmento de los SUV compactos de principios de los 2000, el Freelander se enfrentaba a duros rivales como el Toyota RAV4 o el Honda CR-V, ambos conocidos por su fiabilidad y eficiencia. Sin embargo, el Land Rover jugaba en una liga ligeramente distinta, apelando a un comprador que buscaba no solo practicidad, sino también el prestigio, la herencia y la superior capacidad off-road que solo una marca como Land Rover podía ofrecer. Su motor V6 también lo posicionaba un escalón por encima en cuanto a refinamiento y potencia.

Conclusión

El Land Rover Freelander V6 3p es un coche con un alma inmensa, un vehículo pasional para quien valora la herencia y la capacidad por encima de la eficiencia pura. Es un todoterreno auténtico en un envase coqueto y manejable, ideal para quien sueña con escapadas de fin de semana sin renunciar a un coche con estilo para el día a día. Conducirlo es una experiencia que conecta con la esencia de la aventura, aunque exige un compromiso en términos de mantenimiento y consumo. Es, en definitiva, un clásico moderno que sigue despertando emociones.