Especificaciones y análisis del Land Rover Freelander
Potencia
177CV
Par
240Nm
Consumo
12.4l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
11.1s
Vel. Máx.
182km/h
Peso
1567kg
Precio
30,186€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 5v
AWD
5 / 3 puertas
473 L
59 L
130 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Land Rover Freelander 4x4 Targa V6 ES Steptronic (177 CV) · 177 CV (2001)
Descripción general
El Land Rover Freelander V6 de 1996 no era solo un coche, era una declaración de intenciones. En una época donde los todoterrenos eran rudos y espartanos, Land Rover se atrevió a crear un vehículo que fusionaba la capacidad aventurera de la marca con un confort y una suavidad de marcha pensados para el asfalto. Este modelo, con su potente motor de 6 cilindros, representó la culminación de esa idea, ofreciendo una experiencia premium y versátil que definió el nacimiento del segmento SUV compacto.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del Freelander V6 es sentir una dualidad fascinante. El motor de 177 CV empuja con una suavidad y una melodía que enamoran, muy lejos de los diésel de la época. La caja automática Steptronic te envuelve en un confort de marcha que te hace olvidar que conduces un 4x4. Sin embargo, la posición de conducción elevada y la robustez que transmite el chasis te recuerdan constantemente que bajo tus pies late el corazón de un auténtico Land Rover, listo para abandonar el asfalto en cualquier momento. Es una sensación de poder y libertad, de tener un coche para todo.
Diseño y estética
Su diseño es icónico y atemporal. La versión de 3 puertas Targa, con su techo desmontable, es un canto a la aventura y al espíritu joven. Sus líneas, que mezclan la robustez característica de Land Rover con unas dimensiones contenidas, crearon una estética inconfundible. No era agresivo, sino amigable y capaz, un coche que quedaba tan bien en la puerta de un club de campo como cubierto de barro tras una excursión. Cada ángulo evoca una promesa de escapada y diversión.
Tecnología y características
La tecnología del Freelander estaba enfocada en su alma todoterreno. Fue pionero en su clase al incorporar el Control de Descenso de Pendientes (HDC), un sistema heredado de sus hermanos mayores que aportaba una seguridad inmensa fuera de carretera. Su tracción total permanente era sofisticada para la época, garantizando un agarre excepcional en cualquier circunstancia. Aunque en términos de infoentretenimiento es un coche de otra era, su ingeniería mecánica y sus ayudas a la conducción off-road eran vanguardistas y marcaban la diferencia.
Competencia
El Freelander compitió en un mercado que él mismo ayudó a crear. Se enfrentó a modelos como el Toyota RAV4 y el Honda CR-V, vehículos muy fiables y con un excelente comportamiento en carretera. Sin embargo, el Land Rover jugaba en otra liga en cuanto a prestigio de marca y, sobre todo, capacidad todoterreno. Mientras sus rivales japoneses eran SUV eminentemente asfálticos, el Freelander ofrecía una autenticidad y una herencia aventurera que lo convertían en un objeto de deseo para quienes buscaban algo más que un simple transporte.
Conclusión
El Land Rover Freelander V6 es un coche que se compra con el corazón. Es la materialización de un estilo de vida. A pesar de un consumo elevado y una fiabilidad que exige atención, su encanto es innegable. La combinación de un motor V6 sedoso, un diseño carismático y unas capacidades todoterreno genuinas lo convierten en un clásico moderno. Fue un vehículo valiente que democratizó la experiencia Land Rover, dejando una huella imborrable en la historia del automóvil.




