Lancia Ypsilon 5p 1.2 69 CV Stop & Start Elefantino (2013-2014)

2011
Gasolina
FWD
Manual 5v
Lancia Ypsilon - Vista 1
Lancia Ypsilon - Vista 2
Lancia Ypsilon - Vista 3
Lancia Ypsilon - Vista 4

Especificaciones y análisis del Lancia Ypsilon

Potencia

69CV

Par

102Nm

Consumo

4.9l/100

Emisiones

115g/km

0-100 km/h

14.5s

Vel. Máx.

163km/h

Peso

1040kg

Precio

11,140

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

4 / 5 puertas

Maletero

245 L

Depósito

40 L

Potencia

51 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima69 CV / 51 kW
Par máximo102 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito40 L
Maletero245 L

Análisis detallado del Lancia Ypsilon 5p 1.2 69 CV Stop & Start Elefantino (2013-2014)

Descripción general

El Lancia Ypsilon 1.2 69 CV Elefantino es mucho más que un simple coche urbano; es una declaración de estilo, un pedacito del refinamiento italiano condensado en un formato ágil y práctico. Nacido para conquistar la ciudad, este modelo no solo busca llevarte de un punto a otro, sino hacerlo con una elegancia y una personalidad que lo desmarcan de la multitud. La versión Elefantino añade un toque juvenil y desenfadado a un diseño ya de por sí cautivador, evocando una sensación de libertad y distinción en cada trayecto.

Experiencia de conducción

Al volante, el Ypsilon transmite una calma y una agilidad deliciosas. Sus 69 caballos no están pensados para batir récords, sino para moverse con soltura y eficiencia por el laberinto urbano. El motor es suave y el sistema Stop & Start funciona con discreción para optimizar el consumo. La dirección, con su asistencia eléctrica, convierte cada maniobra en un juego de niños, permitiéndote serpentear por el tráfico y aparcar en espacios reducidos con una facilidad pasmosa. Es un coche que te invita a disfrutar del viaje, a sentir la ciudad de una manera relajada y chic, sin estridencias ni prisas.

Diseño y estética

El diseño es el alma del Lancia Ypsilon. Sus líneas fluidas y redondeadas crean una silueta única, casi escultural. Un detalle magistral es la integración de las manillas de las puertas traseras en el marco de la ventanilla, creando la ilusión de estar ante un coche de tres puertas mucho más deportivo. El interior rompe con lo convencional, situando la instrumentación en el centro del salpicadero, un gesto audaz que genera una atmósfera de salón rodante y un espacio visualmente más amplio. Cada material y cada acabado buscan despertar los sentidos, creando una experiencia estética inconfundible.

Tecnología y características

La tecnología del Ypsilon se centra en la eficiencia y el confort para la vida urbana. El sistema Stop & Start es su principal argumento ecológico, ayudando a mantener a raya el consumo y las emisiones en los semáforos. Aunque no dispone de las pantallas y los asistentes de conducción modernos, cumple con lo esencial para su época, ofreciendo elementos como la dirección asistida eléctrica, aire acondicionado y un sistema de sonido funcional. Su enfoque no es abrumar con gadgets, sino facilitar una conducción sencilla y agradable.

Competencia

En su búsqueda de la exclusividad urbana, el Lancia Ypsilon se enfrentó a rivales que también jugaban la carta del diseño y la personalidad. El Fiat 500, con quien compartía plataforma, era su competidor más directo, ambos apelando al encanto italiano. Otros modelos como el MINI One o el Citroën DS3 también ofrecían una alternativa premium y estilosa en el segmento B. Frente a ellos, el Ypsilon siempre se distinguió por su elegancia más sobria y su particular visión del lujo compacto.

Conclusión

El Lancia Ypsilon 1.2 Elefantino es una elección puramente emocional. Es un coche para quien valora la belleza en lo cotidiano y no quiere renunciar al estilo ni en el trayecto más corto. Su encanto no reside en la potencia bruta ni en la tecnología de vanguardia, sino en su capacidad para hacerte sentir especial, diferente. Es el compañero perfecto para la jungla de asfalto, un refugio de diseño y confort que demuestra que la practicidad no tiene por qué estar reñida con la pasión.