Lancia K 2.4 LS · 175 CV (2000-2001)

1994
Gasolina
FWD
Manual 5v
Lancia K - Vista 1
Lancia K - Vista 2
Lancia K - Vista 3
Lancia K - Vista 4

Especificaciones y análisis del Lancia K

Potencia

175CV

Par

230Nm

Consumo

10.9l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

8.7s

Vel. Máx.

218km/h

Peso

1450kg

Precio

32,034

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

525 L

Depósito

70 L

Potencia

129 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima175 CV / 129 kW
Par máximo230 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito70 L
Maletero525 L

Análisis detallado del Lancia K 2.4 LS · 175 CV (2000-2001)

Descripción general

El Lancia K representa la última gran berlina de representación de una marca legendaria. Lanzado en una época de transición, este buque insignia italiano no era solo un coche, sino una declaración de estilo y sofisticación, un refugio de elegancia y confort en un mundo que empezaba a obsesionarse con la deportividad alemana.

Experiencia de conducción

Conducir el Lancia K 2.4 es una experiencia para los sentidos. El corazón de todo es su motor de cinco cilindros, una melodía mecánica única que empuja con una nobleza y elasticidad adictivas. Sus 175 caballos se sienten plenos y vivos, permitiendo viajar a ritmos elevados con una serenidad pasmosa. El cambio manual de cinco velocidades te conecta directamente con la máquina, convirtiendo cada viaje en un placer, una sinfonía de potencia y confort de gran turismo.

Diseño y estética

Su diseño es un ejercicio de contención y elegancia puramente italianos. Las líneas fluidas y discretas, sin estridencias, visten una carrocería de generosas proporciones que irradia prestigio. Por dentro, el Lancia K te abraza con un ambiente de lujo y calidez, donde materiales como el Alcantara o la madera creaban una atmósfera de salón rodante, un espacio diseñado para disfrutar del viaje tanto como del destino.

Tecnología y características

Bajo su piel clásica, el Lancia K escondía soluciones de ingeniería refinadas para su tiempo. El motor de cinco cilindros con admisión variable era una joya técnica que buscaba el equilibrio perfecto entre rendimiento y suavidad. Su chasis, con suspensiones McPherson en ambos ejes y barras estabilizadoras, estaba calibrado para ofrecer un confort de marcha soberbio sin renunciar a una estabilidad y aplomo dignos de una gran berlina de su categoría.

Competencia

En el exigente mercado de las berlinas ejecutivas, el Lancia K se enfrentó a titanes consolidados. Luchaba por el corazón de los conductores contra la precisión del BMW Serie 5, la robustez del Mercedes-Benz Clase E y la innovación del Audi A6. También competía en carisma con su primo, el Alfa Romeo 166, y con alternativas suecas como el Saab 9-5 o el Volvo S80, ofreciendo un sabor latino inconfundible.

Conclusión

El Lancia K no fue un coche para las masas, sino una elección del corazón. Fue y sigue siendo un vehículo para quien valora la distinción, el confort supremo y el carácter único de un motor inolvidable. Representa el canto del cisne de una era dorada para Lancia, un testimonio rodante de que la elegancia y la pasión podían, y debían, tener un lugar en la carretera.