Especificaciones y análisis del Lancia K
Potencia
155CV
Par
186Nm
Consumo
10.7l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9.2s
Vel. Máx.
212km/h
Peso
1440kg
Precio
28,248€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 4 puertas
525 L
70 L
114 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Lancia K 2.0 LS · 155 CV (2000-2001)
Descripción general
El Lancia K representa la culminación de una era, un testamento rodante de la elegancia y la ingeniería italiana de finales de los 90. No es solo una berlina; es una declaración de principios, un refugio de confort y distinción en un mundo que empezaba a uniformizarse. Subirse a un K es redescubrir el placer de viajar con estilo y carácter.
Experiencia de conducción
Al volante, el Lancia K te envuelve en una atmósfera de serenidad y poderío. El corazón de la experiencia es su motor de cinco cilindros, una melodía mecánica única que empuja con una suavidad y progresividad adictivas. Con 155 caballos, no busca la brutalidad, sino una entrega de potencia lineal y refinada, perfecta para largos viajes por autopista donde su aplomo y su suspensión McPherson te aíslan del mundo exterior, convirtiendo cada kilómetro en puro deleite.
Diseño y estética
Su diseño es un ejercicio de sobriedad y proporciones magistrales. Las líneas fluidas y la ausencia de estridencias crean una silueta atemporal que destila clase sin necesidad de alardes. Es un coche grande, con una presencia imponente que se traduce en un habitáculo excepcionalmente espacioso y lujoso, un salón rodante donde el buen gusto italiano se percibe en cada detalle y material.
Tecnología y características
La tecnología del Lancia K se centra en la excelencia mecánica. Su motor de 20 válvulas y cinco cilindros era una pieza de ingeniería avanzada para su tiempo, buscando un equilibrio perfecto entre rendimiento y refinamiento. Más allá del motor, su chasis estaba diseñado para ofrecer un confort de marcha superior, priorizando la calidad de rodadura y la estabilidad sobre la deportividad extrema. Es la tecnología al servicio del bienestar.
Competencia
En su apogeo, el Lancia K se midió con la élite de las berlinas ejecutivas europeas. Plantó cara a los consolidados gigantes alemanes como el BMW Serie 5 y el Mercedes-Benz Clase E, ofreciendo una alternativa con un alma y un encanto latinos inconfundibles. También compitió con el Alfa Romeo 166, con quien compartía una filosofía de diseño y pasión, y con el Audi A6, representando una visión diferente del lujo y la ingeniería.
Conclusión
El Lancia K no es una elección racional, es una decisión del corazón. Es un coche para entendidos, para quienes valoran la historia, el diseño y una experiencia de conducción única y confortable. Poseerlo es custodiar un pedazo del legado automovilístico italiano, una berlina que te recuerda que el verdadero lujo reside en la elegancia, el confort y la personalidad.




