Honda Civic 1.6 i-DTEC Lifestyle · 120 CV (2015-2017)

2015
Gasóleo
FWD
Manual 6v
Honda Civic - Vista 1
Honda Civic - Vista 2
Honda Civic - Vista 3
Honda Civic - Vista 4

Especificaciones y análisis del Honda Civic

Potencia

120CV

Par

300Nm

Consumo

3.7l/100

Emisiones

98g/km

0-100 km/h

10.5s

Vel. Máx.

207km/h

Peso

1382kg

Precio

24,900

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Manual 6v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

401 L

Depósito

50 L

Potencia

88 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima120 CV / 88 kW
Par máximo300 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónManual 6v

Capacidades

Depósito50 L
Maletero401 L

Análisis detallado del Honda Civic 1.6 i-DTEC Lifestyle · 120 CV (2015-2017)

Descripción general

El Honda Civic de 2015 no es solo un coche, es una declaración de principios de la ingeniería japonesa. En un mercado saturado de opciones predecibles, este Civic irrumpió con una personalidad arrolladora, combinando una eficiencia casi increíble con la fiabilidad legendaria de Honda. El motor 1.6 i-DTEC de 120 CV se convirtió en el corazón de una máquina pensada para devorar kilómetros sin apenas visitar la gasolinera, ofreciendo una solución inteligente y emocionante para el conductor pragmático.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del Civic 1.6 i-DTEC es descubrir una dualidad fascinante. Su motor diésel empuja con una contundencia sorprendente desde bajas vueltas gracias a sus 300 Nm de par, haciendo que cada adelantamiento sea un mero trámite. La caja de cambios manual de seis velocidades tiene un tacto preciso y mecánico que invita a jugar con ella. No es un deportivo, pero su chasis se siente ágil y aplomado, transmitiendo una confianza que te anima a disfrutar de las curvas. Sin embargo, la sensación más poderosa es la de una eficiencia abrumadora; ver consumos tan bajos genera una satisfacción única.

Diseño y estética

El diseño del Civic de novena generación es pura audacia. Su silueta afilada y futurista, casi de nave espacial, no deja a nadie indiferente. La trasera, con su alerón que divide la luneta y une los pilotos, es un sello de identidad inconfundible. Por dentro, esa sensación de vanguardia continúa con un salpicadero asimétrico orientado al conductor y una instrumentación digital en dos niveles que te hace sentir en el centro de control. Pero esta estética rompedora esconde una practicidad asombrosa, con un maletero de 401 litros y los geniales 'Magic Seats' que ofrecen una versatilidad interior que enamora.

Tecnología y características

En su momento, el Civic Lifestyle ofrecía un equipamiento tecnológico muy completo. El sistema de infoentretenimiento Honda Connect centralizaba la conectividad y el ocio en una pantalla táctil, mientras que elementos como la cámara de visión trasera o el climatizador bizona aportaban un gran confort. Pero la verdadera tecnología inteligente residía en su eficiencia, con el sistema Start-Stop y el modo de conducción 'ECON' que optimizaban cada gota de combustible. Era un coche que utilizaba la tecnología no solo para entretener, sino para hacer la conducción más lógica y serena.

Competencia

En el competitivo segmento de los compactos, el Honda Civic se enfrentaba a titanes como el Volkswagen Golf, el SEAT León o el Ford Focus. Mientras el Golf apostaba por la sobriedad y la calidad percibida, y el León por un dinamismo más latino, el Civic jugaba en su propia liga. Se diferenciaba por su diseño radical, una habitabilidad interior superior gracias a sus soluciones ingeniosas y, sobre todo, por un motor diésel que era la referencia absoluta en cuanto a equilibrio entre prestaciones y consumo.

Conclusión

El Honda Civic 1.6 i-DTEC de 2015 es mucho más que un simple medio de transporte; es un compañero de vida fiel, increíblemente eficiente y con una personalidad única. Representa la compra inteligente hecha con el corazón, una máquina que te recompensa con una fiabilidad a prueba de bombas y un coste de uso ridículamente bajo, sin renunciar a un diseño que sigue girando cabezas. Es la prueba de que la practicidad y la emoción no tienen por qué estar reñidas.