Especificaciones y análisis del Ford Focus
Potencia
110CV
Par
265Nm
Consumo
5.8l/100
Emisiones
154g/km
0-100 km/h
-s
Vel. Máx.
-km/h
Peso
1418kg
Precio
19,665€
Resumen técnico
Gasóleo
Automático 6v
FWD
5 / 3 puertas
396 L
53 L
81 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford Focus Coupé Trend 2.0 TDCi 110 CV PowerShift (2008-2009)
Descripción general
El Ford Focus Coupé de 2008 es más que un simple coche; es la encarnación de una filosofía. En una época donde el diseño y las sensaciones al volante empezaban a ser cruciales, Ford nos regaló un compacto con alma de coupé, impulsado por un corazón diésel eficiente y la promesa de una transmisión automática avanzada. Fue un coche que supo combinar la pasión de sus líneas con la lógica del día a día, un equilibrio que enamoró a toda una generación.
Experiencia de conducción
Ponerse a los mandos de este Focus es redescubrir el placer de conducir. Su motor 2.0 TDCi de 110 CV, aunque modesto en cifras, empuja con una contundencia sorprendente gracias a su generoso par motor. Pero la verdadera magia reside en su chasis. Es un coche que se siente vivo, que comunica cada detalle de la carretera a través de una dirección precisa y una suspensión que es el compromiso perfecto entre firmeza y confort. La caja PowerShift, con su doble embrague, aporta una fluidez que te hace sentir en total control, ya sea en un tranquilo viaje por autopista o enlazando curvas en tu carretera favorita. Es una sensación de conexión y confianza que pocos compactos de su tiempo podían ofrecer.
Diseño y estética
El 'Kinetic Design' de Ford alcanzó su máxima expresión en esta carrocería de tres puertas. Sus trazos son afilados, tensos, como un músculo a punto de contraerse. La mirada agresiva de sus faros, la línea de cintura ascendente y una zaga rotunda le confieren una presencia atlética que ha envejecido con una dignidad admirable. No es solo un coche, es una escultura en movimiento que te atrapa la mirada. Por dentro, aunque los materiales reflejan su época, el diseño del salpicadero te envuelve, con una instrumentación clara y todos los mandos orientados hacia quien más importa: el conductor.
Tecnología y características
En 2008, la tecnología de este Focus se centraba en la mecánica. El motor common-rail era eficiente y refinado, pero la joya de la corona era la transmisión PowerShift. Traer la tecnología de doble embrague, hasta entonces reservada a segmentos premium, a un coche popular fue una declaración de intenciones. Ofrecía cambios rápidos y suaves, mejorando tanto el rendimiento como el consumo. Más allá de esto, su equipamiento era correcto para la época, con sistemas de seguridad activa como el ESP, pero sin las pantallas y asistentes que hoy damos por sentados. Su tecnología era la que se sentía, no la que se veía.
Competencia
En el competitivo ruedo de los compactos, el Focus Coupé se enfrentó a titanes. El Volkswagen Golf presumía de calidad y sobriedad, el SEAT León ofrecía un temperamento más latino y deportivo, y el Opel Astra GTC jugaba la carta de un diseño futurista. También estaban el Citroën C4 Coupé y el Renault Mégane Coupé, ambos con la audacia del diseño francés. Frente a ellos, el Focus no era el más potente ni el más lujoso, pero su argumento era irrefutable: ofrecía la dinámica de conducción más gratificante y equilibrada del segmento.
Conclusión
El Ford Focus Coupé 2.0 TDCi PowerShift es un coche que deja huella. Representa una época dorada para los compactos, donde la ingeniería del chasis y el placer de conducir eran la máxima prioridad. Es la prueba de que un coche diésel y automático no tiene por qué ser aburrido. Es un compañero fiel, con un diseño que sigue girando cabezas y un comportamiento en carretera que dibuja sonrisas. Un futuro clásico popular que nos recuerda que la emoción al volante es un sentimiento atemporal.




