Especificaciones y análisis del Ford C-MAX
Potencia
114CV
Par
270Nm
Consumo
4.6l/100
Emisiones
119g/km
0-100 km/h
11.3s
Vel. Máx.
184km/h
Peso
1390kg
Precio
20,750€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 6v
FWD
5 / 5 puertas
471 L
53 L
84 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford C-MAX Titanium 1.6 TDCi 115 CV (2010-2012)
Descripción general
El Ford C-MAX de 2011 no es solo un monovolumen, es una declaración de intenciones. En un mundo donde la practicidad a menudo sacrifica la pasión, este coche llegó para demostrar que se puede tener todo: espacio para la familia y un alma deportiva que te conecta con la carretera. Es el compañero de viaje que entiende tus necesidades y tus deseos.
Experiencia de conducción
Al volante, el C-MAX se siente sorprendentemente ágil y vivo. Su motor 1.6 TDCi de 115 CV, aunque modesto, empuja con una energía constante y eficiente, ideal para el día a día y largos viajes. Pero la verdadera magia reside en su chasis. Cada curva se convierte en una invitación a disfrutar, con una dirección precisa y una suspensión que equilibra magistralmente el confort y el dinamismo. Es un coche familiar que te hace sonreír.
Diseño y estética
Su diseño 'Kinetic Design' le otorga una silueta fluida y atlética que rompe con la monotonía del segmento. No es solo una caja con ruedas; es una escultura en movimiento. Por dentro, el acabado Titanium eleva la experiencia con materiales de calidad y un ambiente acogedor. El espacio es generoso y versátil, pensado para la vida real, aunque su consola central, repleta de botones, nos recuerda una época de tecnología tangible y directa.
Tecnología y características
Para su tiempo, el C-MAX Titanium venía cargado de tecnología que hacía la vida más fácil. Desde el sistema de infoentretenimiento que te conectaba con tu mundo hasta los asistentes que velaban por tu seguridad, todo estaba diseñado para crear una burbuja de confort y tranquilidad. Era un coche que cuidaba de ti y de los tuyos en cada kilómetro.
Competencia
En un mercado competido, se enfrentó a gigantes como el Renault Scénic o el Citroën C4 Picasso. Mientras sus rivales apostaban por el confort absoluto o la modularidad extrema, el Ford C-MAX siempre guardó un as bajo la manga: una experiencia de conducción superior que lo convertía en la elección del padre o madre de familia que no había olvidado su pasión por conducir.
Conclusión
El Ford C-MAX 1.6 TDCi es mucho más que un simple vehículo familiar. Es la prueba de que la funcionalidad no tiene por qué ser aburrida. Con su equilibrio casi perfecto entre practicidad, eficiencia y placer de conducción, se ganó un lugar especial en el corazón de muchas familias. Un coche racional que se compra con la cabeza, pero que se disfruta con el corazón.




