Ford C-Max Ghia 2.0 TDCi 136 CV Powershift (2008-2009)

2007
Gasóleo
FWD
Automático 6v
Ford C-MAX - Vista 1
Ford C-MAX - Vista 2
Ford C-MAX - Vista 3
Ford C-MAX - Vista 4

Especificaciones y análisis del Ford C-MAX

Potencia

136CV

Par

320Nm

Consumo

5.9l/100

Emisiones

159g/km

0-100 km/h

10.1s

Vel. Máx.

197km/h

Peso

-kg

Precio

23,265

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Automático 6v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

473 L

Depósito

55 L

Potencia

100 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima136 CV / 100 kW
Par máximo320 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito55 L
Maletero473 L

Análisis detallado del Ford C-Max Ghia 2.0 TDCi 136 CV Powershift (2008-2009)

Descripción general

El Ford C-MAX Ghia 2.0 TDCi representó en su día una bocanada de aire fresco para las familias que se negaban a renunciar al placer de conducir. Este monovolumen no era solo un vehículo práctico, sino una declaración de intenciones, combinando un espacio generoso con un corazón diésel potente de 136 CV y la avanzada transmisión automática Powershift, una joya tecnológica para la época que prometía dinamismo y confort a partes iguales.

Experiencia de conducción

Al volante, el C-MAX se siente sorprendentemente ágil y conectado a la carretera. El empuje de su motor 2.0 TDCi es contundente desde bajas revoluciones, proporcionando una sensación de poder y seguridad en adelantamientos y viajes largos. La caja Powershift de doble embrague trabaja con una suavidad y rapidez que te hace olvidar que conduces un coche familiar, ofreciendo una experiencia fluida y deportiva. Su chasis, una de las grandes bazas de Ford, logra un equilibrio mágico entre la comodidad necesaria para los pasajeros y la firmeza que inspira confianza en cada curva.

Diseño y estética

Visualmente, el C-MAX aplicaba el lenguaje de diseño 'Kinetic Design' de Ford, dotando a su carrocería de monovolumen de unas líneas fluidas y dinámicas que le conferían un aspecto atlético. No era un simple cubo con ruedas, sino una escultura en movimiento. El acabado Ghia añadía un toque de distinción con detalles cromados y un interior cuidado, donde la funcionalidad no estaba reñida con la calidad. El puesto de conducción, ergonómico y envolvente, te hacía sentir el protagonista del viaje.

Tecnología y características

Para su lanzamiento, este C-MAX estaba a la vanguardia. La transmisión Powershift de seis velocidades era su principal argumento tecnológico, ofreciendo una eficiencia y rapidez superiores a los cambios automáticos convencionales de la época. El motor diésel de inyección directa por conducto común ya era una mecánica refinada y de alto rendimiento. A bordo, elementos como el climatizador automático o el control de crucero, propios del acabado Ghia, completaban una dotación que buscaba hacer cada trayecto más sencillo y placentero.

Competencia

En un mercado muy competido, el Ford C-MAX se enfrentaba a gigantes como el Renault Scénic, el Citroën C4 Picasso o el Volkswagen Touran. Mientras sus rivales a menudo priorizaban la modularidad interior o un confort de marcha más suave, el C-MAX se distinguía por ser la opción del conductor. Era el monovolumen para quien amaba sentir la carretera y valoraba una respuesta mecánica enérgica y un comportamiento dinámico de primer nivel, sin por ello sacrificar la versatilidad que su familia necesitaba.

Conclusión

El Ford C-MAX 2.0 TDCi Powershift es mucho más que un recuerdo de una época dorada de los monovolúmenes; es la prueba de que la funcionalidad y la emoción pueden ir de la mano. Fue un coche que supo conquistar tanto la mente, por su practicidad y eficiencia, como el corazón, por sus sensaciones al volante. Un vehículo familiar con alma de compacto deportivo que dejó una huella imborrable en quienes lo condujeron.