Especificaciones y análisis del Ford C-MAX
Potencia
116CV
Par
280Nm
Consumo
5.4l/100
Emisiones
143g/km
0-100 km/h
11.2s
Vel. Máx.
188km/h
Peso
1491kg
Precio
19,310€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
5 / 5 puertas
550 L
55 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Ford Focus C-Max Ghia 1.8 TDCi 115cv (2006-2007)
Descripción general
El Ford C-MAX de 2006 irrumpió en el segmento de los monovolúmenes compactos no solo como una solución familiar, sino como una declaración de intenciones. Basado en la aclamada plataforma del Focus, prometía combinar la versatilidad que toda familia anhela con el placer de conducción que a menudo se sacrifica en este tipo de vehículos. Era el coche para el padre o la madre que no quería renunciar a sentir la carretera.
Experiencia de conducción
Al volante, el motor 1.8 TDCi de 115 caballos se siente lleno de vida. No es un deportivo, pero su generoso par de 280 Nm empuja con una contundencia que inspira confianza en adelantamientos y repechos. Lo que realmente enamora es su chasis. Se percibe la herencia del Focus en cada curva, con una agilidad y una precisión que eran difíciles de encontrar en sus competidores. La suspensión logra un equilibrio mágico entre filtrar las irregularidades y mantener la carrocería firme, transmitiendo una sensación de control y seguridad que te hace olvidar que conduces un vehículo familiar.
Diseño y estética
Su diseño exterior es una inteligente mezcla de funcionalidad y dinamismo. Huye de las formas cuadradas de otros monovolúmenes para ofrecer una silueta más afilada y atlética. Pero es en su interior donde el C-MAX te conquista. El espacio es generoso y la modularidad de sus asientos traseros crea un ambiente de versatilidad infinita. El acabado Ghia añade un toque de calidez y distinción, con materiales que, para la época, se sentían de calidad y un puesto de conducción que te acoge y te hace sentir al mando de algo especial.
Tecnología y características
Para su tiempo, el C-MAX estaba bien equipado. El corazón del coche, su motor diésel de inyección directa por conducto común y turbo de geometría variable, era una pieza de ingeniería moderna que buscaba eficiencia y respuesta. La dirección con asistencia hidráulica, aunque hoy suene arcaica, ofrecía un tacto puro y una conexión directa con el asfalto. El acabado Ghia solía incorporar elementos de confort como el climatizador automático o el control de velocidad, tecnologías que hacían los largos viajes familiares una experiencia mucho más placentera.
Competencia
En un mercado muy competido, el Ford C-MAX se enfrentaba a gigantes como el Renault Scénic, el rey indiscutible de la categoría, el práctico Citroën Xsara Picasso o el sobrio y eficaz Volkswagen Touran. Frente a ellos, el C-MAX jugaba una carta única y ganadora: su comportamiento dinámico. Ofrecía una experiencia de conducción superior, más cercana a la de un turismo ágil que a la de un monovolumen, lo que le convirtió en la elección predilecta de quienes buscaban algo más que espacio.
Conclusión
El Ford C-MAX 1.8 TDCi no es solo un coche, es un compañero de vida que entiende que las necesidades familiares no tienen por qué estar reñidas con la pasión por conducir. Es la compra inteligente que también escucha al corazón. Un vehículo que te lleva de viaje con toda la familia y su equipaje, pero que también es capaz de dibujarte una sonrisa en una carretera de montaña solitaria. Un equilibrio brillante que lo convierte en un clásico moderno y una opción tremendamente entrañable.




