Especificaciones y análisis del Citroën XM
Potencia
132CV
Par
180Nm
Consumo
9.6l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
9.8s
Vel. Máx.
205km/h
Peso
1414kg
Precio
27,476€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
FWD
5 / 5 puertas
540 L
80 L
97 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Citroën XM 2.0i 16v. SX · 132 CV (2000)
Descripción general
El Citroën XM no es solo un coche; es una declaración de principios, el último gran buque insignia de una era en la que Citroën se atrevía a desafiar lo convencional. Lanzado en 1989 y aclamado como Coche del Año en Europa en 1990, el XM representaba la culminación del lujo, el confort y la vanguardia tecnológica a la francesa, un vehículo que te transportaba no solo a tu destino, sino a una visión diferente del futuro.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del XM es una experiencia casi mística. La legendaria suspensión hidroneumática te aísla del asfalto, creando una sensación de alfombra voladora que ningún otro coche de su época podía igualar. Flota sobre las imperfecciones con una suavidad soberbia, pero sin renunciar a un aplomo sorprendente en carretera. El motor 2.0i de 132 CV, voluntarioso y elástico, mueve el conjunto con dignidad, ofreciendo un viaje sereno y placentero, donde el confort es el auténtico protagonista.
Diseño y estética
Diseñado por Bertone, el XM es una escultura rodante. Sus líneas afiladas y su perfil en cuña, con una increíble superficie acristalada de 13 ventanillas, rompían con todo lo establecido. Era futurista, audaz y elegante. Por dentro, el espacio es generoso y el ambiente es de un salón rodante, con un salpicadero de diseño único y el icónico volante monobrazo que te hacía sentir a los mandos de una nave espacial. Un diseño que, aún hoy, sigue girando cabezas.
Tecnología y características
El corazón tecnológico del XM era su suspensión Hydractive, una evolución inteligente del sistema hidroneumático que adaptaba la firmeza en tiempo real según la conducción. Fue una proeza de la ingeniería que combinaba un confort imperial con una estabilidad impecable. Más allá de su chasis, ofrecía un equipamiento de alta gama para la época, consolidándose como una vitrina tecnológica que demostraba el 'savoir-faire' de la marca.
Competencia
En un mercado dominado por la sobriedad alemana de los Mercedes-Benz Clase E, BMW Serie 5 y Audi 100, el Citroën XM se erigió como la alternativa con alma. No buscaba competir en deportividad pura, sino en ofrecer una experiencia de viaje superior, un santuario de confort y diseño original que seducía a quienes valoraban la diferencia y el carácter por encima de la conformidad.
Conclusión
El Citroën XM es mucho más que una berlina de los 90; es el testamento de una filosofía automovilística que priorizaba el bienestar y la innovación. Conducirlo hoy es un acto de nostalgia y a la vez de descubrimiento. Es un coche para entendidos, una joya incomprendida por muchos, pero amada con devoción por quienes supieron apreciar su audacia y su incomparable confort. Un clásico instantáneo que representa lo mejor de Citroën.
