Especificaciones y análisis del Citroën C5
Potencia
133CV
Par
317Nm
Consumo
7l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
11.2s
Vel. Máx.
202km/h
Peso
1520kg
Precio
28,067€
Resumen técnico
Gasóleo
Automático 4v
FWD
5 / 5 puertas
456 L
68 L
98 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Citroën C5 2.2 HDi 136 cv SX Caja aut. sec. ESP (2001-2002)
Descripción general
El Citroën C5 de 2001 llegó como un soplo de aire fresco y tecnológico, un digno heredero del Xantia que reafirmaba el compromiso de la marca con el confort absoluto. No era solo una berlina, era una declaración de intenciones, una alfombra mágica para la carretera que prometía viajes de una suavidad inigualable.
Experiencia de conducción
Conducir este C5 es una experiencia que te aísla del mundo exterior. La suspensión hidroneumática Hidractiva 3 convierte el asfalto más roto en una superficie de seda, flotando sobre las imperfecciones con una gracia que sus rivales solo podían soñar. El motor 2.2 HDi de 133 caballos empuja con una fuerza tranquila y constante desde bajas vueltas, ideal para largos viajes por autopista. La caja automática de 4 velocidades, aunque no es un prodigio de rapidez, acompaña perfectamente el carácter relajado del coche, invitando a una conducción serena y placentera.
Diseño y estética
Su diseño rompió moldes con formas redondeadas y una silueta de cinco puertas que priorizaba la aerodinámica y el espacio interior. No buscaba la agresividad, sino transmitir una sensación de robustez y elegancia serena. Por dentro, el habitáculo era un santuario de amplitud y luminosidad, con un puesto de conducción que te acogía y te hacía sentir al mando de una nave tecnológica pensada para el bienestar de sus ocupantes.
Tecnología y características
Aquí es donde el C5 brillaba con luz propia. La suspensión Hidractiva 3 era su joya de la corona, un sistema inteligente capaz de adaptar la altura y la dureza en tiempo real, una proeza de la ingeniería. El motor diésel con inyección por conducto común y turbo de geometría variable era moderno y eficiente para su época, mientras que la inclusión del control de estabilidad ESP demostraba una fuerte apuesta por la seguridad activa.
Competencia
En un mercado dominado por berlinas como el Ford Mondeo, el Volkswagen Passat o el Renault Laguna, el Citroën C5 jugaba en su propia liga. Mientras otros apostaban por el dinamismo o un equilibrio más convencional, el C5 ofrecía una propuesta única y radicalmente enfocada en el confort de marcha, un valor diferencial que lo convirtió en el refugio de quienes buscaban viajar en primera clase.
Conclusión
El Citroën C5 2.2 HDi no es un coche que se elige con la cabeza, sino con el corazón y la espalda. Es la materialización de una filosofía casi extinta que ponía el confort por encima de todo. Un vehículo para devorar kilómetros sin fatiga, que te mima en cada trayecto y te recuerda que el verdadero lujo en la carretera es la serenidad. Una máquina fascinante que representa una época dorada de la innovación de Citroën.




