Especificaciones y análisis del Citroën C-Crosser
Potencia
156CV
Par
380Nm
Consumo
7.2l/100
Emisiones
191g/km
0-100 km/h
9.9s
Vel. Máx.
200km/h
Peso
1825kg
Precio
34,500€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 6v
AWD
7 / 5 puertas
441 L
60 L
115 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Citroën C-Crosser 2.2 HDi 160 FAP VTR · 156 CV (2007-2008)
Descripción general
El Citroën C-Crosser de 2007 no es solo un coche, es la audaz declaración de intenciones con la que Citroën se adentró en el universo SUV. Fruto de una colaboración con Mitsubishi, este vehículo nació para conquistar corazones aventureros y familias que no renuncian al espacio ni al estilo. Con su potente motor 2.2 HDi y la versatilidad de sus siete plazas, el C-Crosser se presentó como un compañero de viaje infatigable, listo para cualquier desafío.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del C-Crosser es sentir el empuje sereno y contundente de sus 156 caballos y 380 Nm de par. El motor diésel responde con una fuerza que emociona desde bajas vueltas, haciendo que cada adelantamiento sea una maniobra segura y placentera. Su tracción total conectable transmite una confianza inquebrantable, ya sea sobre asfalto mojado o en un camino rural. No es un deportivo, sino un viajero nato, cuya suspensión filtra las imperfecciones para regalarte un confort de marcha soberbio, convirtiendo los largos trayectos en una experiencia relajante y memorable.
Diseño y estética
El diseño del C-Crosser es una fusión de robustez japonesa y elegancia francesa. El frontal, dominado por los inconfundibles chevrones de Citroën, le otorga una personalidad única y distinguida frente a sus hermanos de plataforma. Su silueta es la de un SUV clásico, imponente y funcional. El interior es un santuario de modularidad y espacio, donde destaca la ingeniosa tercera fila de asientos escamoteable. Aunque los materiales son más duraderos que lujosos, el ambiente que se respira es de solidez y practicidad, pensado para la vida real.
Tecnología y características
En su época, el C-Crosser ofrecía una tecnología centrada en la eficacia y la seguridad. Su sistema de tracción total seleccionable, con modos 2WD, 4WD Auto y Lock, era su joya de la corona, una herramienta poderosa para adaptarse a cualquier terreno. Contaba con elementos de confort como el climatizador automático y el control de crucero, esenciales para viajar. Hoy, su dotación puede parecer sencilla, carente de las grandes pantallas y asistentes modernos, pero nos recuerda una era en la que la conexión más importante era la que se establecía entre el conductor, la máquina y la carretera.
Competencia
En el competitivo ring de los SUV de 7 plazas, el C-Crosser se enfrentó a titanes como el Nissan X-Trail, el Hyundai Santa Fe y, por supuesto, a sus parientes cercanos, el Mitsubishi Outlander y el Peugeot 4007. Frente a ellos, el Citroën jugó la carta del confort de suspensión y un diseño con el inconfundible sello de la marca, buscando seducir a quienes valoran la comodidad y la distinción por encima de todo.
Conclusión
El Citroën C-Crosser es mucho más que un simple SUV; es un refugio rodante, un cómplice de aventuras familiares. Representa un equilibrio magistral entre potencia, espacio y seguridad, envuelto en un diseño con carácter. Aunque la tecnología ha evolucionado, su alma mecánica, su motor fiable y su increíble versatilidad lo mantienen como una opción tremendamente atractiva y honesta en el mercado de ocasión. Es un coche que no solo te lleva a tu destino, sino que enriquece el viaje.




