Especificaciones y análisis del Chrysler Voyager
Potencia
143CV
Par
340Nm
Consumo
7.8l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
-s
Vel. Máx.
185km/h
Peso
-kg
Precio
40,220€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
7 / 5 puertas
1554 L
75 L
105 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Chrysler Grand Voyager LX 2.5 CRD · 143 CV (2004-2005)
Descripción general
El Chrysler Grand Voyager no es solo un monovolumen, es el sueño americano sobre ruedas para la familia. Un vehículo que evoca viajes interminables, espacio sin compromisos y la promesa de aventuras compartidas. En su versión de 2004, representa la culminación de una era donde el tamaño y la comodidad eran los reyes indiscutibles de la carretera.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del Grand Voyager es como tomar el timón de un barco familiar. Su motor diésel de 143 CV y, sobre todo, su generoso par de 340 Nm desde bajas vueltas, mueve sus más de cinco metros de longitud con una solvencia sorprendente y sin esfuerzo. No busca la deportividad, sino ofrecer un viaje sereno y aplomado, donde el confort de la suspensión absorbe las imperfecciones del asfalto y el ruido del motor queda en un segundo plano, invitando a devorar kilómetros sin fatiga.
Diseño y estética
Su diseño es una declaración de intenciones: imponente, funcional y con una presencia inconfundible. Las líneas cuadradas maximizan un interior cavernoso, un auténtico salón rodante para siete pasajeros. Las puertas correderas son una bendición para el día a día, facilitando el acceso en aparcamientos estrechos. Por dentro, todo está pensado para la vida a bordo, con una modularidad que permite transformar el espacio de pasajeros en una inmensa zona de carga de más de 1500 litros.
Tecnología y características
En 2004, su tecnología se centraba en la eficiencia y la practicidad. El motor CRD con inyección por conducto común era una solución moderna que buscaba equilibrar prestaciones y consumo. Aunque carece de las pantallas y asistencias actuales, su verdadera innovación residía en la inteligencia de su espacio interior y en soluciones pensadas para hacer la vida más fácil a las familias, un concepto que Chrysler dominaba a la perfección.
Competencia
En el competitivo mercado europeo, se enfrentó a titanes como el Renault Espace, un icono del diseño y la modularidad, y al trío formado por el SEAT Alhambra, Volkswagen Sharan y Ford Galaxy, que ofrecían la robustez y el equilibrio de la ingeniería alemana. El Grand Voyager jugaba la carta de la opulencia y el espacio al más puro estilo americano, una alternativa con una personalidad única.
Conclusión
El Chrysler Grand Voyager 2.5 CRD es más que un coche; es un compañero de vida, un refugio para la familia en movimiento. Su valor no reside en la velocidad ni en la última tecnología, sino en su capacidad para transportar personas y equipaje con un confort y un espacio soberbios. Es la elección del corazón para quienes priorizan los recuerdos y las experiencias compartidas por encima de todo.




