Especificaciones y análisis del Chrysler Voyager
Potencia
116CV
Par
262Nm
Consumo
8.6l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
13.2s
Vel. Máx.
174km/h
Peso
1705kg
Precio
32,340€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 5v
FWD
7 / - puertas
450 L
75 L
85 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Chrysler Voyager LE 2.5 TD · 116 CV (2000-2001)
Descripción general
El Chrysler Voyager no es solo un monovolumen, es el símbolo de una generación de viajes en familia. Este gigante americano llegó para definir el espacio y la comodidad sobre ruedas, convirtiéndose en el cómplice de innumerables aventuras y recuerdos. La versión 2.5 TD representó el intento de conquistar Europa con un corazón diésel, prometiendo largos trayectos sin sacrificar el espíritu de libertad que emana de su imponente carrocería.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del Voyager es como tomar el timón de un barco. La sensación no es de velocidad, sino de dominio y calma. Su motor diésel de 116 caballos mueve la masa con una parsimonia deliberada, invitando a una conducción relajada y contemplativa. La suspensión, suave y confortable, filtra las imperfecciones del asfalto, priorizando el bienestar de los pasajeros sobre cualquier pretensión deportiva. Es el placer de viajar sin prisa, sintiendo el poder de una máquina pensada para devorar kilómetros de autopista con una serenidad imperturbable.
Diseño y estética
Su diseño es una declaración de intenciones: la función por encima de la forma. Con su silueta de un solo volumen, maximiza el espacio interior hasta límites insospechados. Es una fortaleza rodante, con grandes superficies acristaladas que inundan de luz un habitáculo cavernoso y versátil. Las puertas correderas son un toque de genialidad práctica que te reconcilia con los aparcamientos estrechos. No busca enamorar con líneas afiladas, sino con la honesta promesa de un espacio sin igual para siete pasajeros y su equipaje.
Tecnología y características
La tecnología del Voyager es un reflejo de su época, robusta y mecánica. El motor turbodiésel de inyección indirecta es un veterano en su concepción, aunque no el más refinado. Su chasis, con un eje rígido trasero, está diseñado para soportar carga y durar, no para batir récords en circuito. Carece de las asistencias electrónicas modernas, ofreciendo una experiencia de conducción más pura y directa. Es un vehículo que confía en la solidez de su hierro más que en la complejidad de sus chips.
Competencia
En un mercado europeo dominado por monovolúmenes como el Renault Espace, el trío Ford Galaxy/VW Sharan/SEAT Alhambra o las primas de Citroën y Peugeot, el Voyager jugaba en su propia liga. Ofrecía un sabor distintamente americano, con un plus de espacio y una modularidad interior que pocos podían igualar. Competía no tanto en eficiencia o dinamismo, sino en carisma y en la pura sensación de amplitud, siendo el refugio preferido de las familias más numerosas.
Conclusión
El Chrysler Voyager 2.5 TD es más que un coche; es una cápsula del tiempo que nos transporta a una era donde el espacio era el mayor lujo. Fue el vehículo que materializó el sueño de viajar sin agobios, convirtiendo cada desplazamiento en una pequeña expedición. A pesar de sus modestas prestaciones y una fiabilidad mecánica con claroscuros, su legado perdura como el de un icono familiar, un compañero leal de aventuras cuyo valor sentimental trasciende cualquier ficha técnica.




