Especificaciones y análisis del Chrysler Neon
Potencia
133CV
Par
177Nm
Consumo
8.7l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
12.8s
Vel. Máx.
195km/h
Peso
1325kg
Precio
17,483€
Resumen técnico
Gasolina
Automático 3v
FWD
5 / 4 puertas
371 L
47 L
98 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Chrysler Neon LE 2.0 Aut. · 133 CV (1999-2004)
Descripción general
El Chrysler Neon de 1999 irrumpió en el mercado como un soplo de aire fresco americano en el conservador segmento de las berlinas compactas europeas. Con una propuesta que priorizaba el diseño y una personalidad desenfadada, buscaba conquistar a quienes querían algo más que un simple medio de transporte, ofreciendo un trocito del sueño americano a un precio accesible.
Experiencia de conducción
Al volante, el Neon transmite una sensación de robustez muy americana. Su motor de 2.0 litros y 133 caballos se siente voluntarioso y empuja con ganas, pero la anticuada caja de cambios automática de solo tres velocidades frena su ímpetu y eleva el consumo. No es un deportivo, sino un compañero de viaje tranquilo y confortable, con una suspensión que filtra bien las irregularidades pero que invita a una conducción relajada, disfrutando del ronroneo de su motor de cuatro cilindros.
Diseño y estética
Su diseño 'cab-forward' fue una declaración de intenciones, maximizando el espacio interior y dándole una silueta única y aerodinámica. Abandonó los faros redondos de su predecesor por unas ópticas más integradas y maduras, pero sin perder esa cara amigable y optimista que lo caracterizaba. Era un coche que no pasaba desapercibido, con unas proporciones equilibradas y una sencillez de líneas que ha envejecido con dignidad.
Tecnología y características
La tecnología del Neon era funcional y sin complicaciones, fiel a su época. El mayor lujo era su transmisión automática, aunque limitada a tres marchas. Contaba con lo esencial: dirección asistida y un sistema de audio básico. Su motor de inyección indirecta era una mecánica probada y sencilla, sin los avances de eficiencia que llegarían años después. Era un coche honesto, centrado en la mecánica pura y dura más que en los gadgets electrónicos.
Competencia
En su lucha por un hueco en el mercado, el Neon se enfrentó a titanes europeos como el Volkswagen Bora, el Ford Focus Sedán o el Opel Astra Sedán. Cada uno ofrecía una receta diferente: la sobriedad y calidad alemana contra el atrevimiento y la amplitud del americano. También competía con la fiabilidad japonesa de modelos como el Honda Civic o el Toyota Corolla, haciendo del Neon una elección más pasional que racional.
Conclusión
El Chrysler Neon fue un coche con un encanto especial, una alternativa carismática en un mar de opciones previsibles. Su atractivo residía en su estética diferenciadora y su confortable rodar, aunque pagando el peaje de un consumo elevado y una transmisión perezosa. Hoy es un youngtimer que evoca una época de optimismo y representa una forma diferente de entender el automóvil, una pieza de la cultura pop sobre ruedas que sigue arrancando sonrisas.
