Chrysler 300C Touring 6.1 SRT8 · 431 CV (2006-2008)

2005
Gasolina
RWD
Automático 5v
Chrysler 300C - Vista 1
Chrysler 300C - Vista 2
Chrysler 300C - Vista 3
Chrysler 300C - Vista 4

Especificaciones y análisis del Chrysler 300C

Potencia

431CV

Par

569Nm

Consumo

14l/100

Emisiones

330g/km

0-100 km/h

5s

Vel. Máx.

270km/h

Peso

-kg

Precio

64,700

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 5v

Tracción

RWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

630 L

Depósito

- L

Potencia

317 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima431 CV / 317 kW
Par máximo569 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 5v

Capacidades

Depósito0 L
Maletero630 L

Análisis detallado del Chrysler 300C Touring 6.1 SRT8 · 431 CV (2006-2008)

Descripción general

El Chrysler 300C Touring 6.1 SRT8 es la encarnación de un sueño americano con pasaporte europeo. Un familiar que esconde bajo su imponente capó un corazón salvaje: un V8 HEMI de 6.1 litros y 431 caballos. No es solo un coche, es una declaración de intenciones, una oda a la potencia bruta y al exceso, envuelta en una carrocería que combina la elegancia de una berlina con la practicidad de un wagon. Una bestia que desafió las convenciones de su época.

Experiencia de conducción

Conducir este SRT8 es una experiencia visceral que te sacude el alma. Cada pisotón al acelerador desata un rugido atronador del V8, una melodía adictiva que te empuja contra el asiento con una fuerza descomunal. La aceleración de 0 a 100 km/h en solo 5 segundos se siente como un puñetazo de adrenalina. A pesar de su tamaño, se aferra al asfalto con una tenacidad sorprendente, aunque su esencia no es la de un deportivo ágil, sino la de un tren de alta velocidad que devora kilómetros con una estabilidad y un aplomo imperturbables. Es pura emoción, un coche que te hace sentir vivo y poderoso.

Diseño y estética

Su diseño es inolvidable y polarizante. Con una línea de cintura alta, una calandra cromada que intimida y unas gigantescas llantas de 20 pulgadas, el 300C SRT8 Touring proyecta una imagen de gánster con traje a medida. Es musculoso, agresivo y elegante a la vez, una escultura rodante que no deja a nadie indiferente. Por dentro, el espacio es generoso y los asientos deportivos ofrecen un gran confort, aunque la calidad de algunos plásticos no alcanza el refinamiento de sus rivales alemanes. Sin embargo, su atmósfera única y su imponente presencia lo compensan con creces.

Tecnología y características

La verdadera tecnología de este coche reside en su mecánica. El protagonista absoluto es el motor HEMI, una obra de ingeniería centrada en la entrega de potencia masiva y par motor. La transmisión automática de 5 velocidades, aunque no es la más rápida, gestiona con solvencia la avalancha de fuerza. El chasis, con suspensiones de paralelogramo deformable en ambos ejes y frenos Brembo de alto rendimiento, demuestra un esfuerzo por controlar tanta caballería. No esperes pantallas táctiles avanzadas ni asistentes de última generación; aquí la tecnología está al servicio de la emoción y el rendimiento puro.

Competencia

En su momento, se enfrentó a los titanes alemanes del segmento de los familiares deportivos, como el Audi RS6 Avant o el Mercedes-Benz E 63 AMG Estate. Estos rivales ofrecían interiores más lujosos, una tecnología más sofisticada y un comportamiento dinámico quizás más pulido. Sin embargo, el Chrysler 300C SRT8 jugaba en su propia liga, ofreciendo una experiencia más cruda, más auténtica y con un carácter inconfundiblemente americano. Era la alternativa pasional, el muscle car disfrazado de coche familiar para quienes buscaban algo diferente y con un alma rebelde.

Conclusión

El Chrysler 300C Touring 6.1 SRT8 es mucho más que un coche rápido; es una pieza de historia automotriz, un vehículo de culto para verdaderos entusiastas. Su sed de gasolina es tan grande como su carisma, y su mantenimiento requiere atención, pero las sensaciones que ofrece son incomparables. Es una máquina irracional, políticamente incorrecta y absolutamente maravillosa. Un futuro clásico que representa una era en la que la emoción y la potencia del motor V8 reinaban sin complejos.