Chevrolet Captiva LTZ 3.0 258 CV AWD Aut. (2011-2012)

2011
Gasolina
AWD
Automático 6v
Chevrolet Captiva - Vista 1
Chevrolet Captiva - Vista 2
Chevrolet Captiva - Vista 3
Chevrolet Captiva - Vista 4

Especificaciones y análisis del Chevrolet Captiva

Potencia

258CV

Par

288Nm

Consumo

10.7l/100

Emisiones

252g/km

0-100 km/h

8.6s

Vel. Máx.

198km/h

Peso

1915kg

Precio

32,845

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

AWD

Plazas

7 / 5 puertas

Maletero

477 L

Depósito

65 L

Potencia

190 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima258 CV / 190 kW
Par máximo288 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito65 L
Maletero477 L

Análisis detallado del Chevrolet Captiva LTZ 3.0 258 CV AWD Aut. (2011-2012)

Descripción general

El Chevrolet Captiva de 2011 en su versión LTZ es mucho más que un simple SUV familiar. Es la encarnación de una filosofía automotriz que prioriza la fuerza y la presencia, un vehículo que envuelve a sus siete ocupantes en una burbuja de confort y potencia gracias a su imponente motor V6 de 3.0 litros y 258 caballos. Representa una era en la que el rugido de un motor de gasolina era la banda sonora de la aventura en carretera.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del Captiva LTZ es una experiencia que despierta los sentidos. El empuje de sus 258 CV es inmediato y contundente, lanzando sus casi dos toneladas de 0 a 100 km/h en solo 8.6 segundos con una suavidad sorprendente, cortesía de su cambio automático por convertidor de par. La tracción total AWD aporta una sensación de seguridad y aplomo inquebrantable, tanto en curvas rápidas como en superficies resbaladizas. No es un deportivo, pero su corazón V6 te hace sentir que tienes un torrente de energía bajo el pie derecho, aunque esa emoción se pague caro en la gasolinera con un consumo que refleja su generosa cilindrada.

Diseño y estética

Su estética es una declaración de intenciones. El Captiva proyecta una imagen de robustez y poderío, con un frontal agresivo, una línea de cintura alta y unos pasos de rueda musculosos que albergan llantas de 19 pulgadas. No busca la sutileza, sino la presencia imponente. Por dentro, el espacio es el verdadero lujo, con capacidad para siete pasajeros y una modularidad que lo convierte en un compañero ideal para la vida familiar. Aunque los materiales y el diseño del salpicadero reflejan su época, la sensación de amplitud y visibilidad es magnífica.

Tecnología y características

Para su tiempo, el Captiva LTZ estaba bien dotado. Su motor de inyección directa era una solución moderna y eficiente dentro de su categoría. La transmisión automática de seis velocidades y la tracción total gestionada electrónicamente garantizaban un comportamiento dinámico y seguro. Aunque hoy echaríamos en falta pantallas táctiles avanzadas o asistentes de conducción proactivos, contaba con elementos de confort como la dirección con asistencia variable, climatizador y un sistema de sonido competente, todo lo necesario para hacer de cada viaje una experiencia placentera.

Competencia

En su momento, este Captiva se enfrentó a una competencia variada. Luchaba contra otros SUV de siete plazas como el Hyundai Santa Fe o el Kia Sorento, que también ofrecían potentes motores de gasolina. También se medía con modelos europeos como el Peugeot 5008 o el Citroën C-Crosser, aunque el Chevrolet ofrecía un enfoque más americano, centrado en la potencia bruta y el tamaño. Su relación entre precio, equipamiento y caballaje lo convertía en una alternativa muy tentadora.

Conclusión

El Chevrolet Captiva LTZ 3.0 V6 es un coche con una dualidad fascinante. Es un práctico y espacioso vehículo familiar, pero también un SUV con alma y un motor que emociona. Es una oda a una forma de entender el automóvil que hoy parece lejana, donde el consumo no era la principal preocupación. Quien busca un vehículo potente, versátil y con una fuerte personalidad a un precio asequible en el mercado de ocasión, encontrará en él un aliado fiel, siempre que esté dispuesto a asumir su sed de gasolina.