Especificaciones y análisis del BMW Z4
Potencia
150CV
Par
200Nm
Consumo
7.4l/100
Emisiones
176g/km
0-100 km/h
8.2s
Vel. Máx.
220km/h
Peso
1295kg
Precio
34,400€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 6v
RWD
2 / 2 puertas
260 L
55 L
110 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del BMW Z4 Roadster 2.0i · 150 CV (2008)
Descripción general
El BMW Z4 Roadster 2.0i de 2006 es la encarnación de la libertad sobre cuatro ruedas. Un biplaza puro, diseñado no solo para transportarte, sino para emocionarte en cada kilómetro. Representa la esencia de un roadster clásico: un capó interminable, una zaga corta y el cielo como único techo. Es una invitación a escapar de la rutina y redescubrir el placer de conducir.
Experiencia de conducción
Al volante, el Z4 se siente vivo y comunicativo. Sus 150 caballos, entregados por un motor atmosférico de cuatro cilindros, piden ser llevados a la zona alta del cuentavueltas. La caja de cambios manual de seis velocidades es precisa y mecánica, conectándote directamente con la propulsión trasera. No es un coche de cifras apabullantes, sino de sensaciones puras: el viento en la cara, el sonido del motor y una agilidad que te hace sonreír en cada curva gracias a su bajo peso y su chasis perfectamente equilibrado.
Diseño y estética
Su diseño, obra de Chris Bangle, es una escultura en movimiento. Las líneas cóncavas y convexas, conocidas como 'flame surfacing', crean un juego de luces y sombras que le otorgan una personalidad única y atemporal. La postura de conducción, baja y retrasada, te hace sentir el centro del universo dinámico del coche. Es un diseño que polarizó en su día pero que hoy se admira por su audacia y su belleza dramática.
Tecnología y características
La tecnología del Z4 está al servicio de la conducción, no de la distracción. En lugar de grandes pantallas, encontramos una ingeniería enfocada en el dinamismo. La dirección con asistencia eléctrica, la suspensión McPherson delantera y un motor de aluminio con admisión variable son ejemplos de una concepción donde la pureza mecánica prevalece. Es un coche analógico en un mundo cada vez más digital, y ahí reside gran parte de su encanto.
Competencia
En su época, se enfrentó a titanes como el Porsche Boxster, el Audi TT Roadster y el Mercedes-Benz SLK. Mientras el Boxster ofrecía un equilibrio casi perfecto y el TT apostaba por el estilo, el Z4 se posicionaba como la opción más visceral y purista para el entusiasta de la conducción. Frente al Mazda MX-5, el BMW ofrecía un plus de potencia, refinamiento y prestigio, manteniendo un espíritu igualmente divertido.
Conclusión
El BMW Z4 2.0i es más que un coche; es una experiencia. Una máquina del tiempo que nos recuerda por qué nos apasiona conducir. Es la elección perfecta para quien busca un segundo coche de fin de semana o un futuro clásico con el que crear recuerdos imborrables. Su valor no reside en su velocidad máxima, sino en la intensidad de las emociones que es capaz de generar a cielo abierto.




