Especificaciones y análisis del BMW Z3
Potencia
231CV
Par
300Nm
Consumo
9.5l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
6s
Vel. Máx.
240km/h
Peso
1360kg
Precio
39,800€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
RWD
2 / 2 puertas
165 L
51 L
170 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del BMW Z3 3.0i Roadster · 231 CV (2000-2003)
Descripción general
El BMW Z3 3.0i Roadster es mucho más que un coche; es un icono, una declaración de intenciones sobre ruedas. Nacido en una era dorada para los descapotables, este biplaza captura la esencia pura de la conducción: un motor potente, tracción trasera y el cielo como único techo. Es la máquina definitiva para sentir la carretera y el viento, un clásico moderno que sigue acelerando corazones.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante del Z3 3.0i es una experiencia visceral. El rugido del motor de seis cilindros en línea de 231 CV es una melodía adictiva que te empuja la espalda contra el asiento con cada aceleración. Su 0 a 100 km/h en 6 segundos se siente brutal, crudo, sin filtros. La tracción trasera y una dirección directa te conectan con el asfalto de una forma que los coches modernos han olvidado, haciéndote sentir cada curva como una danza perfectamente coreografiada entre hombre y máquina.
Diseño y estética
Su diseño es pura seducción. El capó interminable, la zaga corta y musculosa y las icónicas branquias laterales gritan 'roadster clásico' desde cada ángulo. Es una silueta atemporal que evoca libertad y deportividad, una escultura en movimiento que, dos décadas después, sigue girando cabezas y despertando sonrisas a su paso. No es un coche, es una obra de arte funcional.
Tecnología y características
Aquí la tecnología no se mide en pantallas táctiles, sino en ingeniería mecánica sublime. Su corazón es un motor de aluminio con inyección indirecta y admisión variable, una joya de la ingeniería de BMW. La verdadera tecnología reside en su chasis equilibrado, su suspensión afinada y la pureza de una caja de cambios manual de 5 velocidades. Es un coche analógico en un mundo digital, y esa es precisamente su mayor virtud.
Competencia
En su época, el Z3 3.0i se batía en duelo con titanes como el Porsche Boxster y el Mercedes-Benz SLK. Mientras el Boxster ofrecía un equilibrio casi perfecto y el SLK apostaba por el confort y el techo duro retráctil, el Z3 se posicionaba como el rebelde, el más musculoso y pasional del trío alemán, ofreciendo una experiencia de conducción más salvaje y auténtica.
Conclusión
El BMW Z3 3.0i Roadster no es una elección racional, es una compra hecha con el corazón. Es un refugio para puristas, un antídoto contra la conducción autónoma y la asepsia moderna. Representa la alegría de conducir en su estado más puro: potente, sonoro y emocionante. Un futuro clásico que hoy ofrece sensaciones que el dinero difícilmente puede comprar en un coche nuevo.




