Especificaciones y análisis del BMW Serie 3
Potencia
105CV
Par
165Nm
Consumo
7.9l/100
Emisiones
-g/km
0-100 km/h
12.4s
Vel. Máx.
200km/h
Peso
1360kg
Precio
24,500€
Resumen técnico
Gasolina
Manual 5v
RWD
5 / 4 puertas
440 L
63 L
77 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del BMW 316i Berlina · 105 CV (1998-2002)
Descripción general
El BMW 316i Berlina de 1998 es un vehículo que encarna la esencia de la marca bávara en una de sus generaciones más icónicas. Con su motor de gasolina de 1.9 litros y 105 CV, este Serie 3 ofrecía una propuesta equilibrada para quienes buscaban la calidad y el dinamismo de BMW en un formato más accesible. Su diseño atemporal y su enfoque en la experiencia de conducción lo convirtieron en un referente en su segmento, prometiendo una conexión especial entre el conductor y la carretera.
Experiencia de conducción
Al volante del 316i, la sensación es de control y precisión. La dirección, aunque sin asistencia variable, transmite fielmente lo que ocurre bajo las ruedas, invitando a disfrutar de cada curva. El motor, si bien no es un derroche de potencia, entrega sus 105 CV de forma lineal y progresiva, con un par motor de 165 Nm disponible desde las 2500 rpm que permite una conducción ágil en el día a día. La caja de cambios manual de 5 velocidades es un placer de usar, con inserciones firmes y precisas. La suspensión, tipo McPherson delante y paralelogramo deformable detrás, logra un equilibrio notable entre confort y deportividad, absorbiendo las irregularidades sin sacrificar la estabilidad. Es un coche que te hace sentir parte de la máquina, una experiencia puramente BMW.
Diseño y estética
El diseño del BMW Serie 3 de 1998 es un clásico instantáneo. Sus líneas son elegantes y proporcionadas, con la característica parrilla de doble riñón y los faros dobles que le otorgan una mirada inconfundible. La silueta berlina de cuatro puertas es atemporal, con una caída del techo suave que se integra armoniosamente con la zaga. En el interior, la sobriedad y la funcionalidad priman, con materiales de buena calidad y un salpicadero orientado al conductor. Cada detalle está pensado para la ergonomía y la estética, creando un ambiente que invita a pasar horas al volante. Es un diseño que ha envejecido con dignidad, manteniendo su atractivo a lo largo de los años.
Tecnología y características
En 1998, el BMW 316i Berlina incorporaba tecnología avanzada para su época. Su motor de 1.9 litros con inyección indirecta y culata de aluminio, junto con un bloque de hierro, buscaba la eficiencia y la durabilidad. La tracción trasera, un sello distintivo de BMW, garantizaba una dinámica de conducción superior. En cuanto a la seguridad, contaba con frenos de disco ventilados de 286 mm delante y discos de 280 mm detrás, ofreciendo una capacidad de frenado sólida. Aunque carecía de las ayudas electrónicas modernas, su chasis bien ajustado y su dirección de cremallera proporcionaban un control excepcional. La instrumentación era clara y legible, con todo lo necesario al alcance del conductor, reflejando una filosofía de ingeniería centrada en la experiencia de manejo.
Competencia
En su segmento, el BMW 316i Berlina de 1998 se enfrentaba a competidores de peso como el Mercedes-Benz Clase C, el Audi A4 y el Volkswagen Passat. Frente a ellos, el Serie 3 destacaba por su enfoque más deportivo y su tracción trasera, que ofrecía una experiencia de conducción más pura y emocionante. Mientras que el Mercedes-Benz apostaba por un mayor confort y lujo, y el Audi por la tracción delantera o integral y una estética más sobria, el BMW se posicionaba como la opción para el conductor que valoraba la dinámica y la conexión con la carretera por encima de todo. Su equilibrio entre prestaciones, diseño y calidad lo convertía en una opción muy deseada en el mercado de las berlinas premium.
Conclusión
El BMW 316i Berlina de 1998 es más que un coche; es una declaración de intenciones. Representa la esencia de BMW en una época dorada, ofreciendo una combinación de diseño atemporal, sensaciones de conducción puras y una calidad de construcción que perdura. Aunque sus 105 CV puedan parecer modestos hoy en día, la forma en que los entrega y la conexión que establece con el conductor lo convierten en un vehículo gratificante. Es un coche para quienes aprecian la ingeniería alemana, la elegancia discreta y el placer de conducir. Un clásico moderno que sigue cautivando a los entusiastas del automóvil.




