Especificaciones y análisis del Audi Cabrio
Potencia
140CV
Par
320Nm
Consumo
6.4l/100
Emisiones
172g/km
0-100 km/h
10.4s
Vel. Máx.
207km/h
Peso
1675kg
Precio
40,040€
Resumen técnico
Gasóleo
Manual 6v
FWD
4 / 2 puertas
315 L
70 L
103 kW
Actual
Especificaciones técnicas
Motor
Capacidades
Análisis detallado del Audi Cabrio 2.0 TDI DPF · 140 CV (2008-2009)
Descripción general
El Audi Cabrio 2.0 TDI de 2008 es la encarnación de una idea seductora: la libertad de un descapotable unida a la lógica y eficiencia de un motor diésel. En una época donde disfrutar del cielo abierto no estaba reñido con la practicidad para el día a día, Audi propuso un vehículo que fusionaba la elegancia de sus berlinas con la emoción de conducir a cielo descubierto. Era una invitación a largos viajes, sintiendo el viento, pero sin preocuparse constantemente por el consumo, todo ello envuelto en la calidad y el prestigio inherentes a la marca de los cuatro aros.
Experiencia de conducción
Ponerse al volante de este Cabrio es una experiencia de contrastes placenteros. El motor 2.0 TDI empuja con una contundencia sorprendente desde bajas vueltas gracias a sus 320 Nm de par, haciendo que cada aceleración se sienta sólida y llena. Aunque no es un deportivo puro, su chasis con suspensión de paralelogramo deformable transmite una confianza y un aplomo extraordinarios en curva. La verdadera magia ocurre al plegar la capota: el sonido del motor se atenúa para dar paso al murmullo del viento, y el mundo se abre ante ti. La caja de cambios manual de seis velocidades te conecta directamente con la mecánica, convirtiendo cada trayecto en un diálogo entre el conductor, la máquina y el paisaje.
Diseño y estética
El diseño del Audi Cabrio es un ejercicio de elegancia atemporal. Sus líneas, fluidas y proporcionadas, huyen de la estridencia para ofrecer una silueta clásica y distinguida, tanto con la capota puesta como sin ella. La parrilla Singleframe y los faros afilados le confieren una mirada seria y reconocible. Por dentro, el habitáculo es un santuario de calidad. Los materiales son excelentes al tacto y a la vista, y cada botón y control está ubicado con una lógica ergonómica perfecta. Es un espacio diseñado para disfrutar del viaje con el máximo confort, un refugio de lujo que te aísla del mundo o te conecta con él con solo pulsar un botón.
Tecnología y características
Bajo su piel elegante, este Audi escondía una ingeniería robusta y avanzada para su tiempo. El corazón del coche, el motor 2.0 TDI con tecnología bomba-inyector y turbo de geometría variable, era un prodigio de eficiencia y rendimiento que permitía un consumo combinado de solo 6.4 l/100km. El chasis no se quedaba atrás, con una sofisticada suspensión independiente en ambos ejes y una dirección asistida sensible a la velocidad que garantizaba precisión a ritmo alto y suavidad en ciudad. La capota de lona, de accionamiento electrohidráulico, ofrecía un excelente aislamiento acústico y térmico, demostrando que la tecnología podía estar al servicio del confort y la emoción.
Competencia
En el exclusivo club de los descapotables diésel premium, el Audi Cabrio se enfrentaba a competidores de gran calibre. Su rival más directo era el BMW Serie 3 Cabrio, que ofrecía un tacto de conducción tradicionalmente más deportivo gracias a su propulsión trasera. También competía con el Saab 9-3 Cabrio, un icono de estilo y seguridad con un enfoque muy personal, y en menor medida con el Mercedes-Benz CLK Cabrio, que jugaba en una liga ligeramente superior en cuanto a confort y representación. Frente a ellos, el Audi se posicionaba como la opción del equilibrio perfecto: elegante, bien construido, eficiente y sumamente agradable de conducir.
Conclusión
El Audi Cabrio 2.0 TDI es mucho más que un coche; es una declaración de intenciones. Representa la posibilidad de vivir la pasión por los descapotables sin renunciar a la sensatez. Es un compañero de viaje ideal, capaz de devorar kilómetros de autopista con un confort soberbio y de regalarte momentos inolvidables en una carretera de costa al atardecer. Su diseño atemporal y la calidad de su construcción hacen que, incluso hoy, siga siendo un vehículo deseable y especial. Una máquina que apela tanto a la cabeza como al corazón, demostrando que la emoción y la razón pueden, y deben, viajar juntas.




