Audi A8 L 4.2 quattro tiptronic 6 vel. · 334 CV (2003-2005)

2003
Gasolina
AWD
Automático 6v
Audi A8 - Vista 1
Audi A8 - Vista 2
Audi A8 - Vista 3
Audi A8 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Audi A8

Potencia

334CV

Par

430Nm

Consumo

11.9l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

6.4s

Vel. Máx.

250km/h

Peso

1830kg

Precio

92,300

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

500 L

Depósito

90 L

Potencia

246 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima334 CV / 246 kW
Par máximo430 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito90 L
Maletero500 L

Análisis detallado del Audi A8 L 4.2 quattro tiptronic 6 vel. · 334 CV (2003-2005)

Descripción general

El Audi A8 L de 2003 no es solo un coche, es una declaración de intenciones. Representa la cúspide del lujo y la ingeniería alemana de principios de siglo, una berlina de representación que envolvía a sus ocupantes en un aura de poder y sofisticación. Con su motor V8 de 4.2 litros y 334 caballos, y la seguridad de la tracción quattro, prometía un viaje en primera clase, sin importar el destino.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del A8 L es una experiencia que trasciende la mera conducción. El empuje del V8 es contundente y melódico, una fuerza de la naturaleza que se entrega con una suavidad exquisita gracias a la caja Tiptronic. No hay brusquedad, solo un torrente de potencia inagotable que te catapulta de 0 a 100 km/h en apenas 6.4 segundos. La tracción quattro se aferra al asfalto con una tenacidad increíble, transmitiendo una sensación de seguridad y aplomo absolutos, mientras la suspensión neumática te aísla del mundo exterior, convirtiendo cada trayecto en un deslizamiento sereno y majestuoso sobre el asfalto.

Diseño y estética

El diseño del Audi A8 L es un ejercicio de elegancia atemporal. Huye de la ostentación para abrazar líneas limpias, fluidas y una presencia imponente que nace de sus proporciones perfectas. La carrocería de aluminio, una proeza técnica de la época, no solo aligera el conjunto, sino que le confiere una superficie pulcra y sólida. Por dentro, el espacio es palaciego, especialmente en las plazas traseras de esta versión Larga. Cada material, desde la madera noble hasta el cuero, fue elegido para crear una atmósfera de lujo discreto y confort supremo, un santuario personal sobre ruedas.

Tecnología y características

En 2003, el A8 era una vitrina tecnológica. Su chasis 'Audi Space Frame' construido íntegramente en aluminio era revolucionario, ofreciendo rigidez y ligereza. La legendaria tracción integral quattro, combinada con una sofisticada suspensión de paralelogramo deformable, garantizaba un comportamiento dinámico y un confort de marcha excepcionales. El motor V8 de cinco válvulas por cilindro y admisión variable era una joya de la ingeniería, mientras que en el interior, los sistemas de a bordo anticipaban la era digital en la que vivimos hoy.

Competencia

En el olimpo de las berlinas de lujo, el Audi A8 L se enfrentaba a titanes. Su rival más directo era el Mercedes-Benz Clase S, el eterno referente en confort y tecnología. También luchaba contra el BMW Serie 7, que apostaba por un dinamismo más marcado y un diseño vanguardista que generó controversia. No se puede olvidar al Jaguar XJ, que ofrecía el encanto y la distinción británica con su propia construcción en aluminio. Frente a ellos, el A8 oponía el equilibrio perfecto entre deportividad, confort y la seguridad inquebrantable de su tracción quattro.

Conclusión

El Audi A8 L 4.2 quattro es más que una simple berlina de lujo del pasado; es un hito de la automoción. Un coche que demostró que se podía combinar un rendimiento casi deportivo con un confort imperial y una seguridad total. Hoy, representa una oportunidad única de experimentar la ingeniería y el lujo de una era dorada a una fracción de su coste original. Es una máquina con alma, que te recompensa con una sensación de poder y refinamiento que pocos coches modernos pueden igualar. Un futuro clásico que sigue emocionando.