Audi A8 L 3.0 TDI quattro tiptronic 6 vel. DPF · 232 CV (2006-2007)

2003
Gasóleo
AWD
Automático 6v
Audi A8 - Vista 1
Audi A8 - Vista 2
Audi A8 - Vista 3
Audi A8 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Audi A8

Potencia

232CV

Par

450Nm

Consumo

8.5l/100

Emisiones

227g/km

0-100 km/h

7.9s

Vel. Máx.

243km/h

Peso

1955kg

Precio

78,830

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Automático 6v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

500 L

Depósito

90 L

Potencia

171 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima232 CV / 171 kW
Par máximo450 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito90 L
Maletero500 L

Análisis detallado del Audi A8 L 3.0 TDI quattro tiptronic 6 vel. DPF · 232 CV (2006-2007)

Descripción general

El Audi A8 L de esta generación representa la culminación del lujo y la ingeniería alemana de principios de siglo. No es solo una berlina de representación, es una declaración de intenciones, un santuario rodante diseñado para devorar kilómetros con una serenidad y una autoridad imponentes. La combinación de su carrocería alargada, el potente motor diésel 3.0 TDI de 232 CV y la legendaria tracción quattro, lo convierten en el compañero de viaje definitivo, una máquina que promete transportarte no solo a tu destino, sino a un estado de confort y seguridad absolutos.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante del A8 L es una experiencia que redefine el concepto de viajar. El motor V6 TDI empuja con una fuerza inagotable y silenciosa desde muy bajas vueltas, una ola de par que te lanza hacia adelante sin el más mínimo atisbo de brusquedad. La caja Tiptronic gestiona la potencia con una suavidad exquisita, mientras que la tracción quattro te ancla al asfalto con una confianza inquebrantable, sin importar las condiciones. Cada curva se traza con una precisión y aplomo sorprendentes para un coche de su tamaño, y el silencio a bordo es tan profundo que el mundo exterior parece desvanecerse, dejando solo el puro placer de la conducción.

Diseño y estética

El diseño del Audi A8 L es un ejercicio de elegancia atemporal. Sus líneas fluidas y su presencia imponente, acentuada por la carrocería alargada, proyectan una imagen de poder y sofisticación sin caer en la ostentación. Es un coche que impone respeto por su porte señorial. Por dentro, el habitáculo es una obra maestra de la ergonomía y la calidad. Los materiales nobles, los ajustes milimétricos y un espacio interior, especialmente en las plazas traseras, digno de una primera clase, crean una atmósfera de lujo y bienestar que envuelve a sus ocupantes desde el primer instante.

Tecnología y características

Adelantado a su tiempo, el A8 L de 2006 era un escaparate tecnológico. Su chasis, construido en gran parte de aluminio bajo el concepto Audi Space Frame (ASF), le otorgaba una ligereza y rigidez estructural sobresalientes. La suspensión neumática adaptativa permitía variar la altura y la dureza, garantizando un confort supremo o una mayor firmeza según las necesidades. El sistema de tracción total quattro era el corazón de su dinámica segura, y el sistema de infoentretenimiento MMI, aunque de una generación anterior, centralizaba el control de múltiples funciones del vehículo de una manera intuitiva para la época.

Competencia

En el olimpo de las grandes berlinas de lujo, el Audi A8 L se medía con titanes como el Mercedes-Benz Clase S y el BMW Serie 7. Mientras el Clase S era la referencia en confort y lujo opulento y el Serie 7 apostaba por una dinámica de conducción más deportiva, el Audi A8 encontraba su propio espacio. Ofrecía un equilibrio magistral entre ambos, con la ventaja innegable de su tracción total quattro para una seguridad activa superior y un diseño más discreto y tecnológico que ha envejecido con una dignidad excepcional.

Conclusión

El Audi A8 L 3.0 TDI quattro no es simplemente un coche de lujo de su época; es una experiencia de viaje de primer nivel. Representa la perfecta simbiosis entre potencia eficiente, seguridad total y un confort soberano. Es una berlina que, a pesar de los años, sigue transmitiendo una sensación de solidez, calidad y refinamiento que muchos coches modernos envidiarían. Conducirlo o ser llevado en él es un recordatorio de por qué Audi se ganó un lugar en la cima del automovilismo: por crear máquinas que emocionan tanto por su ingeniería como por el alma que desprenden.