Audi A8 4.2 FSI quattro tiptronic · 349 CV (2007-2008)

2008
Gasolina
AWD
Automático 6v
Audi A8 - Vista 1
Audi A8 - Vista 2
Audi A8 - Vista 3
Audi A8 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Audi A8

Potencia

349CV

Par

440Nm

Consumo

10.9l/100

Emisiones

259g/km

0-100 km/h

6.1s

Vel. Máx.

250km/h

Peso

1875kg

Precio

90,210

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Automático 6v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 4 puertas

Maletero

500 L

Depósito

90 L

Potencia

257 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima349 CV / 257 kW
Par máximo440 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónAutomático 6v

Capacidades

Depósito90 L
Maletero500 L

Análisis detallado del Audi A8 4.2 FSI quattro tiptronic · 349 CV (2007-2008)

Descripción general

El Audi A8 de 2008 no es solo un coche, es una declaración de intenciones. Representa la cúspide del lujo y la ingeniería alemana de su época, un buque insignia diseñado para devorar kilómetros con una elegancia y una potencia que imponen respeto. Subirse a él es entrar en una dimensión donde el confort y el rendimiento se dan la mano de una forma magistral.

Experiencia de conducción

Poner en marcha su motor V8 de 4.2 litros es despertar a una bestia de 349 caballos que ronronea con una suavidad exquisita. Al acelerar, el empuje es contundente y lineal, una oleada de potencia que te pega al asiento sin brusquedad, gestionada a la perfección por la transmisión tiptronic. La tracción quattro te ancla al asfalto, transmitiendo una seguridad inquebrantable en cualquier curva, mientras la suspensión neumática filtra el mundo exterior, creando una burbuja de serenidad y control absoluto. Es una experiencia de conducción majestuosa, un viaje en primera clase sobre ruedas.

Diseño y estética

El diseño del Audi A8 es un ejercicio de elegancia atemporal. Sus líneas fluidas y su imponente presencia, con más de cinco metros de longitud, proyectan una imagen de poder y sofisticación sin caer en la ostentación. La icónica parrilla Singleframe de Audi domina el frontal, mientras que la silueta alargada y proporcionada le confiere un aire de berlina de representación. Por dentro, el habitáculo es un santuario de lujo, donde la madera noble, el cuero y el aluminio se combinan con una precisión milimétrica, creando un ambiente de calidad y confort excepcionales.

Tecnología y características

En 2008, el A8 era un escaparate tecnológico. Su motor con inyección directa FSI optimizaba la entrega de potencia y el consumo, una proeza para un V8 de su cilindrada. El corazón de su dinámica era el legendario sistema de tracción total quattro, que garantizaba un agarre superlativo en cualquier condición. Además, su chasis con suspensión neumática adaptativa permitía variar la altura y la dureza, ofreciendo un equilibrio perfecto entre confort y deportividad. El sistema de infoentretenimiento MMI centralizaba el control de las funciones del vehículo de una manera intuitiva para la época, demostrando que el lujo también residía en la inteligencia.

Competencia

En el olimpo de las berlinas de lujo, el Audi A8 se medía con titanes de la industria. Su rival más directo era el Mercedes-Benz Clase S, el referente en confort y tecnología de vanguardia. Justo a su lado se encontraba el BMW Serie 7, que siempre ofrecía un enfoque más dinámico y centrado en el placer de conducir. Otros contendientes como el Jaguar XJ aportaban un toque de distinción y diseño británico, pero el A8 siempre destacó por su equilibrio entre elegancia, tecnología de tracción y una calidad de construcción soberbia.

Conclusión

El Audi A8 4.2 FSI quattro de 2008 es mucho más que una berlina de lujo de su tiempo; es una obra de ingeniería que ha envejecido con una dignidad admirable. Representa la perfecta simbiosis entre una potencia arrolladora, un confort imperial y la seguridad total que proporciona la tracción quattro. Hoy en día, sigue siendo un vehículo que transmite una sensación de solidez y prestigio difícil de igualar, una elección emocional y racional para quien busca una experiencia de conducción superlativa sin el desembolso de un coche nuevo de su categoría.