Audi A4 Avant 2.5 TDI quattro tiptronic 5 vel. · 150 CV (1999-2001)

1999
Gasóleo
AWD
Automático 5v
Audi A4 - Vista 1
Audi A4 - Vista 2
Audi A4 - Vista 3
Audi A4 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Audi A4

Potencia

150CV

Par

310Nm

Consumo

8.6l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

10.6s

Vel. Máx.

208km/h

Peso

1580kg

Precio

38,477

Resumen técnico

Combustible

Gasóleo

Transmisión

Automático 5v

Tracción

AWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

390 L

Depósito

60 L

Potencia

110 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima150 CV / 110 kW
Par máximo310 Nm
Tipo de combustibleGasóleo
TransmisiónAutomático 5v

Capacidades

Depósito60 L
Maletero390 L

Análisis detallado del Audi A4 Avant 2.5 TDI quattro tiptronic 5 vel. · 150 CV (1999-2001)

Descripción general

El Audi A4 Avant de la generación B5 es más que un coche; es un icono de finales de los 90 que definió el concepto de familiar premium. Esta versión, equipada con el robusto motor 2.5 TDI V6 de 150 caballos, la legendaria tracción quattro y el cómodo cambio Tiptronic, representaba el equilibrio perfecto entre la elegancia, la versatilidad para el día a día y la capacidad para devorar kilómetros con una seguridad y aplomo imponentes. Era el vehículo soñado por muchas familias que no querían renunciar al placer de conducir.

Experiencia de conducción

Ponerse al volante de este A4 Avant es redescubrir una forma de conducir auténtica y poderosa. El empuje del motor V6 TDI se siente desde muy bajas vueltas, una ola de par que te pega al asiento con una contundencia adictiva y un sonido grave y refinado. La tracción quattro transmite una confianza absoluta, permitiéndote trazar curvas con una precisión y seguridad que te hacen sentir invencible, sin importar si el asfalto está seco o mojado. La caja Tiptronic, suave y progresiva, invita a realizar largos viajes sin fatiga, mientras que el chasis filtra las irregularidades con una calidad de rodadura que ya entonces era la referencia del segmento.

Diseño y estética

El diseño del Audi A4 B5 Avant es una lección de elegancia atemporal. Sus líneas fluidas y proporcionadas, obra de una escuela de diseño que priorizaba la función y la discreción, han envejecido con una dignidad excepcional. No hay adornos superfluos, solo una carrocería sólida y bien plantada que transmite calidad desde cada ángulo. Por dentro, el ambiente es un santuario de materiales nobles y ajustes milimétricos. Sentarse en él es sentir el esmero de una marca que ya en esa época estaba obsesionada con la perfección, creando un espacio que te acoge y resiste el paso del tiempo como pocos.

Tecnología y características

Aunque hoy sus cifras nos parezcan familiares, en su momento, este A4 Avant era un escaparate tecnológico. El corazón del conjunto, su motor V6 TDI, combinaba la inyección directa con un turbo de geometría variable para ofrecer una respuesta y eficiencia sobresalientes para la época. Pero la verdadera magia residía en la simbiosis con la tracción integral permanente quattro, un sistema mecánico de una eficacia legendaria que garantizaba una motricidad superior en cualquier circunstancia. El cambio Tiptronic de 5 velocidades, que permitía un manejo secuencial, añadía un toque de deportividad y control que lo diferenciaba de sus competidores.

Competencia

En el selecto club de los familiares premium de la época, el A4 Avant se medía cara a cara con dos titanes alemanes. Por un lado, el BMW Serie 3 Touring, que siempre ofrecía un punto extra de dinamismo y agilidad gracias a su propulsión trasera. Por otro, el Mercedes-Benz Clase C Estate, el epítome del confort y la elegancia clásica. Frente a ellos, el Audi jugaba la carta del equilibrio y la seguridad total. Su tracción quattro era un argumento imbatible para quienes vivían en zonas de climatología adversa o simplemente buscaban la máxima tranquilidad al volante, todo ello envuelto en un diseño y una calidad de construcción que crearon escuela.

Conclusión

El Audi A4 Avant 2.5 TDI quattro Tiptronic no es solo un coche familiar de finales de siglo, es la materialización de una filosofía. Representa la cúspide de una era en la que los coches se construían para durar, con una ingeniería soberbia y sin concesiones. Es un compañero de viaje infatigable, un refugio seguro para la familia y una máquina placentera de conducir. Su combinación de motor, tracción y carrocería lo convierte en un vehículo increíblemente polivalente y deseable, un clásico moderno que sigue despertando admiración.