Alfa Romeo 156 Sportwagon 2.0 TS Lujo · 155 CV (2000)

2000
Gasolina
FWD
Manual 5v
Alfa Romeo 156 - Vista 1
Alfa Romeo 156 - Vista 2
Alfa Romeo 156 - Vista 3
Alfa Romeo 156 - Vista 4

Especificaciones y análisis del Alfa Romeo 156

Potencia

155CV

Par

187Nm

Consumo

8.8l/100

Emisiones

-g/km

0-100 km/h

8.8s

Vel. Máx.

216km/h

Peso

1300kg

Precio

25,062

Resumen técnico

Combustible

Gasolina

Transmisión

Manual 5v

Tracción

FWD

Plazas

5 / 5 puertas

Maletero

360 L

Depósito

63 L

Potencia

114 kW

Estado

Actual

Especificaciones técnicas

Motor

Potencia máxima155 CV / 114 kW
Par máximo187 Nm
Tipo de combustibleGasolina
TransmisiónManual 5v

Capacidades

Depósito63 L
Maletero360 L

Análisis detallado del Alfa Romeo 156 Sportwagon 2.0 TS Lujo · 155 CV (2000)

Descripción general

El Alfa Romeo 156 Sportwagon no es una ranchera cualquiera; es la materialización del 'cuore sportivo' italiano en un formato familiar. Lanzado en el año 2000, este coche rompió moldes al demostrar que la practicidad no tiene por qué estar reñida con la pasión y la belleza. Con el legendario motor 2.0 Twin Spark bajo el capó, el 156 Sportwagon se presentó como una declaración de intenciones: un vehículo para el día a día capaz de erizar la piel en cada trayecto.

Experiencia de conducción

Conducir el 156 Sportwagon 2.0 TS es una experiencia visceral. Sus 155 caballos de potencia se entregan con un brío y una musicalidad que solo un motor Alfa Romeo sabe ofrecer, pidiendo ser llevado hasta las 6.400 revoluciones. La caja de cambios manual de cinco velocidades es precisa y te conecta directamente con la mecánica. Gracias a un chasis excepcional, con una sofisticada suspensión delantera de paralelogramo deformable, el coche se inscribe en las curvas con una agilidad y una confianza impropias de un familiar. No es solo rápido, con un 0 a 100 en 8.8 segundos; es un coche que comunica, que te hace sentir parte de la carretera y te recompensa con pura alegría al volante.

Diseño y estética

La obra maestra de Walter de Silva. El diseño del Alfa Romeo 156 Sportwagon es atemporal y emocionante. Logra la proeza de ser una ranchera con el alma y las proporciones de un coupé. Las manillas de las puertas traseras ocultas en el pilar C crean una ilusión de tres puertas, mientras que el frontal, con el 'scudetto' esculpido directamente en el paragolpes, es pura agresividad y elegancia. Cada línea fluye con un propósito, creando una silueta que, incluso décadas después, sigue girando cabezas y despertando suspiros. Es un objeto de deseo, un coche que se compra tanto por su belleza como por su función.

Tecnología y características

La tecnología del 156 estaba al servicio de la conducción. El corazón de todo es el motor Twin Spark, con su sistema de doble bujía por cilindro y admisión variable, una solución ingeniosa para optimizar el rendimiento y la eficiencia en todo el rango de revoluciones. Pero la verdadera joya de la ingeniería se esconde en su chasis. La suspensión delantera de cuadrilátero alto era una solución derivada de la competición, muy avanzada para un coche de tracción delantera de su segmento, y la clave de su comportamiento dinámico superlativo. Más que en pantallas o asistencias, su tecnología residía en la pureza mecánica y en la búsqueda de la conexión perfecta entre hombre y máquina.

Competencia

En un mercado dominado por la sobriedad alemana de los BMW Serie 3 Touring, Audi A4 Avant y Mercedes-Benz Clase C Estate, el Alfa Romeo 156 Sportwagon irrumpió como una bocanada de aire fresco y pasional. Mientras sus rivales apostaban por la perfección funcional y la calidad percibida, el Alfa ofrecía un alma, un diseño que enamoraba y una experiencia de conducción mucho más implicada y emocionante. Era la alternativa para quien valoraba el estilo y el placer por encima de la máxima capacidad de carga o el pragmatismo germánico.

Conclusión

El Alfa Romeo 156 Sportwagon 2.0 TS es mucho más que un simple coche familiar; es un icono, un canto a la belleza y a la deportividad italiana. Representa una época en la que un coche podía ser práctico sin sacrificar ni un ápice de su carácter y su capacidad para emocionar. Es una elección que se hace con el corazón, un futuro clásico que recompensa a su dueño con sensaciones auténticas cada vez que se pone al volante. Un recordatorio de que la vida es demasiado corta para conducir coches aburridos.